Es habitual enterarnos de procedimientos que realizan las autoridades incautando animales silvestres que fueron traídos a las grandes ciudades para su comercialización.
El tráfico de animales silvestres es la cuarta actividad ilegal tomada en cuanto a rentabilidad obtenida. Solo lo superan el tráfico de drogas, el de armas y la trata de personas. Pero, ¿quiénes demandan estos animales?
La requisitoria surge de zoológicos inescrupulosos, de coleccionistas clandestinos y específicos de animales silvestres y del fenómeno de la llamada mascotización que toma desde una inocente tortuga de tierra hasta un mono carayá como rehén de compañía y que ha colaborado sistemáticamente en poner en riesgo a gran cantidad de especies en nuestro país y en el mundo entero.
Los reiterados procedimientos realizados por las autoridades policiales en respaldo de las diferentes entidades oficiales de fauna si bien son útiles y necesarios no son suficientes para eliminar de cuajo este flagelo.
Es imprescindible una clara concientización de la gente común que entienda que esta tenencia de animales silvestres es un delito denunciable que atenta contra la biodiversidad y el equilibrio ambiental de todos.
Todos deben saber que está prohibido tener animales silvestres como mascotas, así como también, su transporte y comercialización.
No sólo es ilegal tener fauna silvestre en un domicilio particular, sino que también puede ser muy peligroso porque estos animales pueden tener conductas y comportamientos propios de su especie que entren en conflicto con los seres humanos, como así también contagiar enfermedades propias.
Lo correcto es dejar a los animales silvestres en su hábitat natural, evitando el razonamiento erróneo que estamos haciéndoles un bien trasladándolos para resguardarlos cuando en muchos casos los condenamos a una vida en cautiverio inadecuado.
Por la seguridad del animal y de las personas, es muy importante tener en cuenta y seguir estas recomendaciones:
- No intentar capturar ni acorralar a los animales: es importante al cruzarse en el ambiente natural con un animal silvestre dejarlo seguir su camino, sin interrumpirlo ni acorralarlo o dañarlo.
- No lastimarlos: la caza está regulada por especies y temporadas cualquier otro daño generado a un animal es un delito y es un acto de crueldad.
- No tocarlos: los animales silvestres deben estar tranquilos en su hábitat natural y el entender que tocarlos o capturarlos es un daño a su integridad que debe evitarse es fundamental. Los animales silvestres se miran pero no se tocan ni se capturan.
- No darles agua ni comida: la vida natural debe continuar su devenir natural y darles agua o comida significa intervenir en ella desde el lado humano, generando una dependencia incorrecta con el ser humano.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
SEGUIR LEYENDO: