El otro día una tía mía me decía: “¡Ay, mi perra entró en embarazo psicológico, quiere tener un bebé!”. Nada, falso. Absolutamente falso.
¿La perra tiene embarazo psicológico? No. La actitud de la perra, 60 días después de haber estado en celo, que es cuando llama a su príncipe azul para que se aparee con ella y tengan crías después, cuando las que no tienen crías, que son las que en una manada las que menos posibilidades tienen, las que no son buenas cazadoras, cuando no tienen cría, son las nodrizas de la manada.
Es decir, 60 días después de haber estado en celo, tienen conducta maternal, las tetas con leche y amamantan a los cachorros en una guardería perruna o lobuna cuando los alfa que se reprodujeron, porque eran los mejores cazadores, se tienen que ir a cazar.
Por lo tanto, es lo opuesto a lo que pensamos. Es una actitud de altruismo biológico, de generosidad biológica y de espíritu de cuerpo biológico de una manada que actúa en conjunto y no en forma individual.
A diferencia de los seres humanos, donde la mujer se sugestiona mentalmente manifestando algunos pocos síntomas de estar embarazada, en los animales es su organismo el que provoca los síntomas de preñez. Es por eso que es errado decir que las mascotas presentan embarazos psicológicos. o, si se quiere, los términos aceptados pueden ser pseudopreñez o pseudogestación.
Dos de cada diez perras lo sufren unos meses después del celo. En gatas también se da, pero es infrecuente por su ciclo de celo múltiple.
La pseudopreñez es un proceso natural. Es para los animales salvajes, que viven en grupos o manadas, un mecanismo de supervivencia muy práctico, ya que permite que todas las hembras del grupo participen en la crianza de los cachorros para que éstos tengan más probabilidades vivir.
Este fenómeno tiene origen en la estructura social y reproductiva de los clanes de lobos salvajes. Se ha mantenido por selección natural porque suponía una ventaja evolutiva en la manada, ya que al reproducirse solamente el macho y la hembra dominantes, el resto de hembras, al sufrir pseudogestación, podían colaborar en el cuidado y alimentación de todos los cachorros aunque no fuesen sus hijos biológicos.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
SEGUIR LEYENDO: