Un grupo científico de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos, realizó un nuevo estudio en el que detectaron cómo los simios que habitan en zoológicos reaccionan ante las caras familiares, como es el caso de sus cuidadores, y las de personas extrañas y qué tipo de atención prestan a cada una.
Los especialistas analizaron las distintas maneras en que los primates alojados en el zoológico de Lincoln Park de Chicago interactuaban con sus cuidadores y con los visitantes. Los resultados fueron publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
La prueba incluyó a 12 grandes simios, siete chimpancé y cinco gorilas, de ese parque, que viven en grupos sociales, a quienes se les mostró pantallas táctiles en las que se les enseñó imágenes de rostros conocidos y desconocidos.
Así determinaron la forma en que los simios tenían reacciones marcadamente diferentes entre personas familiares en comparaciones con seres humanos a quienes no habían visto antes que podía ser cualquier personas de las que visitan habitualmente el zoológico y a las que están expuestos cada día.
Los expertos vieron que las personas desconocidas recibían mayor atención por parte de los simios que los guardianes a los que ven todos los días, lo que indicó que los monos clasifican espontáneamente a los humanos en función de la familiaridad.
Este resultado del estudio sobre el sesgo de atención contradijo las hipótesis iniciales, al indicar que la mayor atención de los simios se la llevaban seres humanos a los que no habían visto nunca.
Esa atención especial fue detectada por los científicos en comparación con los rostros de personas conocidas y, en particular, cuando las caras mostraban una expresión neutra, con y sin tapabocas, pero no había sesgo de atención cuando los mismos rostros mostraban una expresión de sorpresa.
Para la primera parte de la experiencia, los especialistas emparejaron fotografías de rostros familiares y desconocidos para los simios con expresiones neutras y así probaron la capacidad espontánea de los simios para discriminar rostros humanos simplemente en función de cuán familiarizados están con la persona fotografiada.
El grupo científico basó su análisis en trabajos anteriores de este mismo tipo que se hicieron con otros animales. Esta es la primera vez que se lleva adelante un estudio sobre el sesgo de atención en chimpancés y gorilas. Por eso se predijo que los individuos mostrarían una respuesta diferencial ante personas con las que están familiarizados y con las que no. Ante las caras familiares reaccionaron significativamente más rápido que ante los rostros que no habían visto antes.
Cada prueba comenzaba con un círculo de inicio negro ubicado en el centro de la parte inferior de una pantalla blanca. Esto se hizo tanto para centrar la atención de los simios en la pantalla como para ubicar su mano antes de cada prueba. Al tocar, el punto de inicio desapareció.
Luego se mostraron dos fotos durante 30 segundos, después de lo cual ambas desaparecieron y una fue reemplazada por un punto, y tocarla resultó en un timbre y una recompensa de fruta.
“Descubrimos que, en promedio, los sujetos eran aproximadamente un 11% más lentos para tocar el punto cuando reemplazaba una cara familiar en comparación con una cara desconocida”, escribieron.
En el segundo experimento, los científicos emparejaron rostros humanos familiares y desconocidos y se los mostraron a los 12 simios que participaron del estudio. “Elegimos la sorpresa porque es una emoción visiblemente destacada que los simios probablemente observan con menos frecuencia”, explicaron los investigadores. A pesar de ello, altera claramente la apariencia de múltiples rasgos faciales, y es una expresión que en humanos suele reconocerse correctamente.
“Descubrimos que no hubo efectos principales significativos o efectos de interacción para Species o Familiarity”, escribió el equipo. “Aunque no es un efecto significativo, descubrimos que los simios eran aproximadamente un 4% más lentos para tocar el punto cuando reemplazaba una cara familiar en comparación con una cara desconocida, siguiendo el patrón de respuestas de los simios en el experimento 1″.
Finalmente, el equipo colocó pares de fotografías de personas conocidas y desconocidas que usaban una máscara facial quirúrgica azul, como se vio desde el inicio de la pandemia de coronavirus. “Seleccionamos una máscara facial como una forma de crear imágenes del ‘mundo real’ que limitaban la cantidad de información de identificación proporcionada a los simios, sin depender de la manipulación de imágenes, para aumentar la validez de los estímulos”, explicaron los autores.
“Esto se hizo porque estos simios han tenido interacciones extendidas y regulares con personas familiares (su personal de atención) que usan máscaras faciales quirúrgicas, pero no con personas desconocidas; aunque los simios tenían una experiencia limitada de ver a personas desconocidas (por ejemplo, visitantes del zoológico) usando máscaras debido a la pandemia de COVID-19″, explicaron.
Para este experimento, el equipo descubrió que los simios respondían significativamente más rápido cuando el punto reemplazaba caras desconocidas en lugar de caras familiares. “Descubrimos que los sujetos eran, en promedio, un 9% más lentos para tocar el punto cuando reemplazaba una cara familiar en comparación con una cara desconocida”, escribieron.
Los 12 grandes simios involucrados en el estudio fueron cuatro chimpancés hembras y tres machos, junto a cinco gorilas machos.
“Los simios exhibieron sesgos de atención significativos hacia las caras emocionalmente neutrales de humanos desconocidos en comparación con las de humanos familiares, incluso cuando las caras estaban parcialmente ocluidas por una máscara facial quirúrgica”, dijeron los especialistas en el estudio. “Este patrón fue consistente para todos los sujetos que probamos. Cuando a los simios se les mostraron caras con una expresión de sorpresa, mostraron una respuesta más silenciosa”, agregaron.
“Si bien mostraron un patrón de respuesta más rápida a rostros desconocidos que a rostros familiares, esta diferencia no fue estadísticamente significativa”, consideraron.
La investigación de la Universidad Johns Hopkins otorga más evidencia de la capacidad que tienen los grandes simios para discriminar y categorizar en forma espontánea los rostros humanos, expresaron los propios científicos.
“La investigación cognitiva y neurológica ha demostrado que una preferencia por la novedad aparece en los bebés humanos por los objetos, y que la atención de los bebés también está sesgada hacia los rostros humanos novedosos”, dijo el equipo.
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