Existen unas abejas, pertenecientes a una especie tropical poco conocida sin aguijón, llamadas vulgarmente “abejas buitre”, que desarrollaron la capacidad de comer solo carne. Esta rara conducta fue motivada por una competencia muy intensa por el néctar.
De esa forma su intestino ha evolucionado haciéndolo más parecido al de los buitres que al de otras abejas. Todas estas adaptaciones se complementan con cambios en la microbiota, la flora intestinal, para permitir la digestión de otros compuestos relativos a la nueva dieta.
La intensa competencia por el néctar llevó a que una especie de abeja sin aguijón en los trópicos desarrollara la capacidad de alimentarse de carne. Estas son las únicas abejas en el mundo que evolucionaron para utilizar fuentes de alimentos no producidas por plantas.
De esa forma entablaron nuevas relaciones simbióticas con algunos microbios que se encuentran en el intestino de los buitres y otros animales que se alimentan de carroña. Las cestas que las abejas sin aguijón tienen en sus patas traseras para recolectar polen, fueron usadas por estas abejas buitres para recolectar carne.
La flora intestinal de las abejas buitre está enriquecida con bacterias nuevas que sus parientes no tienen, similares a las que se encuentran en los buitres, las hienas y otros animales carroñeros. Estas bacterias sirven para protegerlos de los patógenos que aparecen en la carroña. Cualquier ser humano podría enfermarse gravemente debido por estos microbios en la carne liberan toxinas muy potentes y lesivas.
Aun no se sabe si fue el estilo de vida carnívoro de las abejas el que influyó en el crecimiento de estos microbios, o si las bacterias fueron las que permitieron la dieta carnívora. Un cambio en la dieta podría haber modificado la flora, a través del tiempo, pero también es posible que ese cambio haya permitido la variación en la dieta, o que tal vez ambos hayan interactuado para generar esa adaptación evolutiva.
Estas abejas que se alimentan de carne, en lugar de polen, son capaces de almacenar miel en cámaras separadas en sus colmenas.
Las abejas fueron noticia hace dos días cuando, en la vereda La Esperanza del municipio de Turbo, Antioquia, un enjambre de abejas africanizadas atacó a un hombre ciego de 72 años que posteriormente perdió la vida. Al parecer, el panal de abejas estaba ubicado en uno de los postes de energía cercanos a la vivienda de la víctima.
No solo se vio afectado este hombre, se le suman otras 10 personas resultaron heridas, una de ellas es una mujer en estado de embarazo y un hombre que se recuperaba de una cirugía.
Según vecinos del sector estos animales han construido sus panales en varios de los postes de energía y en varias ocasiones han llamado a las autoridades correspondientes para que le pongan solución a este problema que pone en riesgo sus vidas.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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