Es sabida la efectividad del olfato de los perros para detectar y, sobre todo, para discriminar mínimas cantidades de compuesto orgánicos volátiles (COV), esas diminutas moléculas propias e identificadoras de sustancias que han posibilitado una benemérita labor de la especie canina, la cual no había sido opacada por ninguna otra especie.
Sin embargo, recientes estudios de un grupo de investigadores plantean que las hormigas podrían ser entrenadas y serían eficaces para detectar algunos tipos de cáncer en los seres humanos.
Se ha demostrado que una determinada especie de hormiga puede ser entrenada rápidamente para detectar células cancerosas con una precisión igual a la observada en otros animales con asombrosa capacidad de biodetección, como son los perros.
Los perros han sido utilizados desde hace mucho tiempo para rastrear drogas, explosivos, personas, dinero, etc. Recientemente han aplicado su impresionante capacidad olfativa para detectar enfermedades, como el cáncer, tuberculosis o incluso el COVID-19.
La tarea de entrenar y mantener un perro de estas características no es rápida ni barata.
El período de entrenamiento de un perro con fines de detección puede durar hasta un año, por lo que la investigación basada en esta metodología ha virado hacia la utilización de otras especies, tales como ratones, abejas, y hasta hormigas.
Sobre estos insectos, un reciente estudio ha demostrado que una especie de hormiga en particular es capaz de captar determinados compuestos orgánicos volátiles (COV) y pueden ser entrenadas para generar alguna manifestación que lo comunique claramente al ser humano.
Mientas que en estudios anteriores, por su parte, descubrieron que los diferentes tipos de cáncer tienen sus propios COV y pueden identificarse por ellos.
La propuesta planteada por los científicos se basó en tratar de determinar si estas hormigas podían identificar esos COV y dar señales claras de ello, pudiendo de esa forma ser entrenadas para detectar células cancerosas.
Las pruebas se centraron en cáncer de mama, y rápidamente se pudo enseñar a las hormigas a diferenciar eficazmente las células cancerosas de las no cancerosas con una precisión similar a la observada en los perros.
Lo cierto es que, según pudieron determinar los científicos, las hormigas superan a los perros, en algunos aspectos, ya que necesitan un tiempo de adiestramiento mucho más corto. Pueden ser adiestradas en 30 minutos, mientras que los perros necesitan entre 6 y 12 meses de un perro. Incluso, más allá de su entrenamiento, también su mantenimiento tiene un costo más reducido
Las hormigas representarían, por lo tanto, una herramienta de identificación rápida, eficiente y barata para la detección de compuestos orgánicos volátiles de células cancerosas.
Este protocolo ensayado para la detección de cáncer también podría adaptarse a otras tareas complejas, entre las que pueden enumerarse metodologías semejantes a la detección de narcóticos; explosivos; o, incluso, otras enfermedades.
De todas maneras, la ciencia también plantea la necesidad de resolver algunos tópicos indispensables a la hora de poder aplicar masivamente este método de detección.
Entre algunos de puntos que son analizados por los científicos se encuentra la necesidad de un mayor trabajo para catalogar y validar los perfiles de COV específicos para determinados tipos de cáncer.
Además, no queda claro aún cómo sería la metodología de comunicación de las hormigas para informar sobre la detección de los elementos en el mundo real, más allá de que ya lo hayan hecho en la identificación de muestras específicas en un laboratorio.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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