La visión que actualmente tenemos los seres humanos nos sirve para evaluar, planificar e imaginar en un entorno tridimensional complejo, lo cual es muy práctico para un supuesto ser arborícola en el que un paso en falso puede significar la muerte a manos de algún depredador. Por otra parte, esa visión tridimensional nos permite encontrar frutas en los árboles mientras disminuimos el riesgo de caídas.
Los gatos son cazadores crepusculares por lo tanto, su sistema visual es necesariamente diferente. Cuando es necesario atrapar a una presa que se mueve rápido y es astuta el ataque debe ser preciso y coordinado, y en esto la visión juega un papel muy importante.
La visión en tres dimensiones lograda mezclando imágenes en el cerebro posibilita juzgar con precisión la distancia con un objeto cercano, blanco de la cacería. En nuestro caso esta visión tridimensional es importante porque apoyaba en el pasado a la búsqueda de comida en los árboles. En los gatos, este patrón permite que se extraiga información sobre el espacio tridimensional, se actúe y los ayude a cazar.
La similitud entre nuestra forma de ver el mundo y la de los gatos lo ha convertido históricamente en el animal elegido para investigaciones diversas.
Sin embargo, aunque compartamos similitudes en nuestro sistema visual, también hay diferencias obvias. Los gatos al ser activos durante la noche tienen mejor agudeza visual que nosotros en condiciones de poca luz. Sus pupilas son muy llamativas llegando a tener la forma de una línea o una hendidura, muy común en los depredadores nocturnos.
Además, son daltónicos, ya que tienen dos tipos de fotorreceptores cónicos, mientras que la mayoría de los humanos tenemos tres.
Las diferencias entre los seres humanos y los gatos no concluyen allí ya que se extienden a otros sentidos. Los gatos que son carnívoros estrictos no necesitan saber si algo es dulce porque casi nunca se llevan a la boca algo que no sea carne, por eso han perdido las papilas gustativas que detectan sustancias dulces.
Pero a pesar de todas estas diferencias evolutivas, vemos de manera muy similar, por lo que quizá no es difícil ponernos en sus ojos y esa sea tal vez una de las razones de la preferencia creciente del gato como animal de compañía.
Por otra parte, según una investigación científica, es que pueden saber dónde te encuentras sin verte. “Miran sin ver”, digamos. Y esto es más que una “curiosidad”.
No es broma. Un nuevo estudio especializado sugiere que es muy probable que los gatos usan sonidos para realizar un seguimiento de dónde se encuentra su dueño, el humano que lo ha criado o con quien convive.
Y esta capacidad la logran sin necesidad de ver a la persona en referencia. Es decir, incluso cuando el sujeto no está a la vista.
¿Y cómo lo hacen? Lo más probable es que el gato doméstico emplee sonidos para realizar un seguimiento de dónde nos puede encontrar incluso cuando no estamos a la vista.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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