Más allá del propio disfrute y el de los seguidores en redes, las fotos de cebras, tiburones y ballenas, entre otras especies, pueden tener un beneficio nunca imaginado: ayudar a los investigadores a rastrear y recopilar información sobre especies en peligro de extinción. Tan simple y corriente como subir una foto a tu red social favorita para que tus contactos la vean y le den like.
Para analizar las fotos de cebras, tiburones y otros animales, los científicos están usando la Inteligencia Artificial (IA), bajo este método pueden identificar y rastrear individuos y ofrecer nuevos conocimientos sobres sus comportamientos, movimientos, también las tendencias de la población. “Tenemos millones de imágenes de animales amenazados y en peligro de extinción tomadas por científicos, cámaras trampa, drones e incluso turistas”, dijo Tanya Berger-Wolf, profesora de informática e ingeniería, directora del Translational Data Analytics Institute de la Universidad Estatal de Ohio.
Las imágenes contienen una gran cantidad de datos qué se pueden extraer y analizar para poder ayudar a combatir la extinción y proteger a los animales. La imageómica, que ayuda a recopilar información sobre la vida silvestre, al usar la inteligencia artificial puede identificar animales individualmente y proporcionar datos valiosos sobre las especias. Gran parte de este aporte lo hacen las fotos que las personas toman de animales durante sus viajes y comparten en las redes sociales.
En la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias (AAAS), Berger-Wolf y sus colegas presentaron la creación de un sistema llamado Wildbook, un proyecto de la organización de conservación sin fines de lucro Wild Me. Esta presentación tuvo lugar en la sesión científica “Ciencia colaborativa: los voluntarios y el aprendizaje automático protegen la naturaleza para todos” donde Berger-Wolf discutió los avances recientes en el uso de la inteligencia artificial para analizar las imágenes de la vida silvestre y la fundación de imageomics.
El sistema Wildbook utiliza el aprendizaje automático con algoritmos de visión por computadora para analizar fotos tomadas y reconocer especies relevantes en fotografías sacadas por los investigadores o por turistas de viaje. Este sistema puede identificar en una fotografía la especie y los animales individuales.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los ambientalistas es la falta de datos disponibles sobre muchas especies amenazadas y en peligro de extinción. De hecho, de las más de 142.000 especies en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, se desconoce el estado de mas de la mitad porque no hay suficientes datos o la tendencia de su población es incierta.
“Estamos perdiendo biodiversidad a un ritmo sin precedentes y ni siquiera sabemos cuánto y qué estamos perdiendo. Si queremos salvar a los elefantes africanos de la extinción, debemos saber cuántos hay en el mundo, dónde están y cómo de rápido están disminuyendo”, asegura Berger-Wolf.
Los científicos no disponen de suficientes collares GPS y etiquetas satelitales para monitorear, por ejemplo, a todos los elefantes y responder esas preguntas. Por eso, usar técnicas de inteligencia artificial abre nuevas vías efectivas para poder conocer más a fondo las poblaciones de animales. Los algoritmos de inteligencia artificial pueden identificar a las personas usando cualquier cosa con rayas, manchas, arrugas o muescas, “incluso la aleta causal de una ballena o la aleta dorsal de un delfín”, explica Berger-Wolf
Wildbook es una especie de red, esencialmente dedicada a la vida animal, que contiene más de 2 millones de fotos de alrededor de 60.000 ballenas y delfines identificados de forma única de todo el mundo. Pero, además de tiburones o mamíferos marinos, hay miles de fotografías de animales terrestres como cebras, tortugas, jirafas, carnívoros africanos y otras especies. “Esta es ahora una de las principales fuentes de información que los científicos tenemos sobre las orcas”, asegura Berger-Wolf.
El equipo de Berger-Wolf ha desarrollado un agente de inteligencia artificial que busca especies relevantes en publicaciones de redes sociales compartidas públicamente. La investigadora explica que las fotos tomadas de vacaciones de muchas personas de tiburones que avistaron en el Caribe terminan siendo utilizadas en Wildbook para la ciencia y la conservación.
Junto con información sobre cuándo y dónde se tomaron las imágenes, estas fotos pueden ayudar en la conservación al proporcionar recuentos de población, dinámicas de nacimiento y muerte, rango de especies, interacciones sociales e interacciones con otras especies, incluidos los humanos. “La capacidad de extraer información biológica de las imágenes es la base de la imageómica. Estamos enseñando a las máquinas a ver cosas en imágenes que los humanos pueden haber pasado por alto o no pueden ver”, asegura Berger-Wolf.
Gracias a este método, los científicos podrán resolver preguntas como si el patrón de rayas de una cebra es similar al patrón de su madre, y de ser así brindar información sobre las similitudes genéticas, o si varían los cráneos de las especies de murciélagos con las condiciones ambientales y qué adaptación evolutiva impulsaría ese cambio. Estas preguntas será posible responderlas desde el análisis de las fotografías mediante el aprendizaje automático.
A medida que el uso de la IA en el análisis de imágenes de vida silvestre vaya creciendo, la investigadora cree que es clave asegurar que la IA se use de manera equitativa y ética. Por un lado, los investigadores deben asegurarse de que no sea perjudicial. Por ejemplo, los datos deben protegerse para que los cazadores furtivos no puedan utilizarlos para atacar especies en peligro de extinción.
“Tenemos que asegurarnos de que sea una asociación hombre-máquina en la que los humanos confíen en la inteligencia artificial. La IA debería, por diseño, ser participativa, conectando entre las personas, entre los datos y entre las ubicaciones geográficas”, concluyó Berger-Wolf .
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