Un animal doméstico que no está acostumbrado a las vicisitudes de la calle puede ver amenazada su integridad, En muchos casos llegan a arriesgar su vida por su curiosidad e inexperiencia.
Los dueños de gatos saben el malestar y sufrimiento que padecen cada vez que desaparecen de su hogar y pasan días y hasta semanas sin dejar rastros. Luego, como si no hubiera pasado nada, nuestro gato decide regresar a su hogar muy tranquilo.
Pocas veces se conoce el paradero y qué les pudo haber ocurrido, y los tutores terminamos sufriendo la angustia del peligro de la calle para un animal que, al no estar acostumbrado a vivir en ella, hasta puede amenazar su vida.
Sólo un porcentaje ínfimo, que equivale a menos del 4% de los dueños de gatos, les colocan algún tipo de identificación que permita recuperarlo.
Por lo tanto, modificar esa simple conducta puede evitar grandes dolores de cabeza y preocupaciones y sobre todo riesgos para nuestro animal para evitar así que corra peligro.
La chapa identificatoria y el collar para gatos
Los collares para gatos se diferencian de los de perros ya que poseen elasticidad que les permite estirarse frente a algún enganche y evitar de esa forma el ahorcamiento de nuestro gato andariego.
La chapita debería decir: “Si me pierdo llame: …” consignando el número de celular del tutor de nuestra mascota.
No es necesario poner el nombre del animal ya que en un país como el nuestro donde la mayoría de los animales no están chipeados y en el que aún no existe una base de datos, el nombre es la pauta de respuesta identificatoria de la pertenencia de nuestro animal de compañía.
Microchip
Esta es una herramienta de identificación obligatoria por ley en muchos países, muy incipiente en Argentina que funciona cuando existe una base de datos a la que se pueda referenciar los números que arroja la lectura de este elemento electrónico del tamaño de un grano de arroz que se implanta bajo la piel del felino.
Es importante destacar que es un simple mecanismo de identificación, no un elemento de rastreo en tiempo real.
Al identificar al animal y efectuar su denuncia es posible retornarlo a su hogar ya que cada animal posee un número identificador exclusivo para reconocer al tutor en el caso de que el felino se pierda.
Qué hacer si el gato ya se perdió
Cuando un gato se pierde por su propia acción se halla generalmente en las diez manzanas circundantes y es importante buscarlo cuanto antes ya que será más probable que se encuentre en un lugar cercano.
Si el gato ya se extravió, además de empezar a buscarlo lo más rápido que se pueda, debemos empapelar las diez manzanas a la redonda de nuestra casa con afiches con su foto; recorrer las veterinarias de la zona dejando la información; trabajar rápidamente con las redes de búsqueda de animales de compañía y, cuando encaremos la exploración en terreno, es bueno hacerlo desde el crepúsculo hasta la noche que es el momento de mayor actividad de los felinos.
Para la búsqueda se deberá llevar una linterna, alguno de sus juguetes preferidos y procurar llamarlo suavemente. Una vez que reconozca su propio olor en algún objeto, le será más fácil encontrar el camino de vuelta.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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