Konrad Lorenz , afirmó en el ocaso de su vida que su mayor premio fue la posibilidad de la comunicación interespecífica.
Con el simple hecho de tener un perro o un gato en casa podemos afirmar que los animales tienen sentimientos y son capaces de transmitirlos. Pueden comunicarnos alegría, tristeza, ganas de jugar, enojo, sin embargo, algunos dudan de que podamos tener un dialogo fluido con ellos. Una cuestión que no está resuelta es poder entablar una conversación con otra especie e integrarnos de esa forma cada vez más.
Muchos simios utilizan herramientas al igual que otras especies entre ellas algunas aves increíbles como los cuervos. Además, ese tipo de conocimiento se transmite dentro del grupo y a las generaciones , por lo que se podría hablar de la existencia una cultura.
Una característica innegablemente humana, hasta hoy, es la capacidad de tener un pensamiento simbólico y de desarrollar un lenguaje de palabra articulada. Esto en los animales es campo de la controversia.
Algunos investigadores afirman y demuestran diálogos con primates De todos los trabajos destaca el de KOKO, un gorila que reconocía mil signos del lenguaje de señas y se dice que podía dialogar.
No se lo ha visto como conducta aplicable entre primates, ya que quizás entre ellos usen otras capacidades para comunicarse, otro idioma, que aún no somos capaces de descifrar totalmente, diferente al que queremos imponerles.
Los resultados de esta experiencia no se han podido repetir una vez fallecida Koko y el proyecto se canceló. Todo esto parece reafirmar la idea de que estamos frente a un caso de un animal muy bien entrenado, pero no ante una comunicación compleja entre especies.
Los cetáceos tienen diferentes idiomas y dialectos, incluso utilizan nombres para llamarse entre ellos, pero después de décadas de nadie ha podido mantener una conversación con un mamífero marino utilizando su propio lenguaje.
Por otra parte, los protocolos de investigación del comportamiento animal deben ser muy estrictos para no caer en el error grave del caso de aquel caballo que leía los gestos de su guía humano y parecía que era capaz de multiplicar o restar.
Probablemente todo esto habla de las limitaciones del ser humano y sus herramientas para comprender el mundo que lo rodea lo que lo lleva a una inmerecida y poco fundamentada posición dominante.
El lenguaje simbólico sigue siendo patrimonio de la especie humana tal vez por sus propias limitaciones intelectuales y de avance en el conocimiento. No saber descifrar al otro o no poder llegar a la verdad no significa negarle sus condiciones no explicadas.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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