Llega el verano y las piletas de natación, las piscinas, las albercas, el tanque australiano, como quieras llamar a cualquier cosa que tenga agua, está a la orden del día.
Ahí nadamos, jugamos, nos refrescamos, nos divertimos mientras nuestro perro está dando vueltas. ¿Todos los perros nadan? es la gran pregunta
Sí, todos los perros nadan pero no todos los perros tienen el cuerpo con relación al tamaño de la pileta de natación y lo que tenés que hacer para que tu perro no tenga problemas, para que no se ahogue en la pileta, es llevarlo a “upa” contigo, sumergirlo en la pileta de natación y enseñarle cómo se sale.
Alguien tiene que estar fuera de la pileta llamándolo, vos lo colocás, lo pones a nadar para que entienda y vea por dónde se puede salir, siempre y cuando exista la posibilidad de hacerlo.
Caso contrario vas a tener que cuidarlo muchísimo porque un perro no se muere ahogado en una pileta de natación porque no sepa nadar sino porque se cansa de ir tratando de encontrar la salida.
Así que la clave está en enseñarle a salir y no en enseñarle a nadar porque todos los perros nacen sabiendo nadar.
Con respecto a la cuestión de que todos los perros nadan, la afirmación -en rigor- no se ajusta a la realidad. Lo que ocurre es que todas las razas tienen el instinto de utilizar sus patas y moverlas para mantenerse a flote y no hundirse; hacer el “perrito” como nos dicen a las personas cuando somos pequeñas. Por eso si un perro se cae el agua por accidente lo más probable es que salga nadando.
En relación a esto, por eso es conveniente mostrarle la salida, ya que no siempre ellos la pueden encontrar solos.
Es importante saber que el contacto directo con cloro puede causar intoxicaciones en nuestro perro, así como lesiones en la piel, en vías respiratorias e incluso oculares. Esto puede poner en peligro la vida de nuestra mascota o de su visión, que se puede ver afectada por estos productos químicos.
Para los perros que no están acostumbrados a ingresar a la pileta, una sugerencia es colocar un collar en el pecho para que, en caso de que el animal se canse o tenga calambres, puedes tirar de él rápidamente. Otra opción es invertir en chalecos salvavidas adecuados, muy similar al de los humanos.
Las mascotas pueden tener sed y beber agua de la piscina, pero el cloro puede generarles malestar y hacer que vomiten. Es preferible ofrecerles agua un ratito antes y así evitar un disgusto.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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