Está confirmado el concepto de que muchos de nuestros perros de raza pura más lindos también padecen afecciones en su salud por sus características genéticas.
Los altos niveles de endogamia (consanguinidad) contribuyen a generar diferentes problemas de salud con el tiempo, particularmente en perros más grandes.
Algunas razas de perros no cuentan con una buena salud, como resultado de programas de reproducción de larga duración que utilizan parientes estrechamente relacionados para seleccionar los rasgos que más gustan.
Los perros ñatos (braquiocefálicos) como el pug o el bulldog son bien conocidos por sus caras cada vez más aplastadas, una característica que los predispone a problemas respiratorios, entre otros de origen genético.
En general, el nivel promedio de consanguinidad dentro de estas razas es de alrededor del 25%. Esto sería parecdio a la similitud genética que se vería entre dos hermanos humanos, cuando en los casos estudiados en animales no lo son.
En niveles mucho más bajos que los apuntados puede aparecer un mayor riesgo de trastornos hereditarios u otras afecciones influenciadas por genes, como el cáncer.
La fuerte predisposición de algunas razas a enfermedades complejas como el cáncer y las enfermedades autoinmunes, destaca la importancia de la alta consanguinidad en la salud de los perros.
Las razas de perros con niveles más altos de endogamia (consanguinidad) son más propensas a necesitar atención veterinaria que otras y, algunos factores adicionales como el tamaño, también juegan un papel clave.
Los perros de tamaño más pequeño y no consanguíneos, son mucho más sanos que los perros más grandes con alta consanguinidad.
Las razas braquiocefálicas también fueron menos saludables que los perros no braquiocefálicos en promedio.
Algunas razas de perros son mucho menos endogámicas, y por ello se encuentran mejor protegidos de las taras al existir una gran población con variedad genética dispersa y porque todavía son criados en función de la habilidad para realizar varios trabajos, no sólo por su apariencia.
Es perentorio vigilar estrechamente los niveles de consanguinidad y sus extremas consecuencias sobre los perros para evitar que nazcan individuos cuya existencia será un continuo sufrimiento.
Si bien hay cierto reconocimiento del problema, los grupos y organizaciones de cría de perros se han mostrado reacios a admitir muchas fallas en el estado actual de las cosas.
Por otra parte, algunas organizaciones veterinarias han comenzado a aconsejar a las personas que no compren razas populares como el pug, el bull dog francés, el inglés y otros perros ñatos, mientras que en algunos países, los Países Bajos por ejemplo, se han aprobado leyes estrictas limitantes de la cría de estos perros.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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