Los gatos conviven con el ser humano desde que fueron domesticados hace más de 6.000 años y aún conservan vestigios de su vida silvestre.
Muchos felinos muestran en su cuerpo las señales de esa herencia salvaje, aunque se la suele confundir y tratar simplemente como lo que no son: un exceso de peso.
Hablamos de la bolsa primordial, una herencia de la original vida silvestre de estos animales de compañía que no todos los gatos portan o muestran.
La bolsa primordial es un pellejo con colecta de tejido adiposo que cuelga de la panza del gato, por delante de las patas traseras, al final de su abdomen y que se puede confundir con simple flacidez o mero sobrepeso, aunque en realidad no se asocia a ninguna de estas cosas.
La bolsa o saco primordial es un vestigio genético de lo que un día fue la vida silvestre de los felinos a modo de defensa extra y que tiene diferentes utilidades.
En la libertad cuando se plantea la lucha de un animal contra otro, protegía de posibles arañazos o mordiscos directos en los órganos vitales que podrían resultar gravemente dañados.
Otra de las funciones del saco primordial de los gatos es ser un gran reservorio de grasa y a través de ella de energía y agua.
La grasa, el tejido adiposo, es el tejido con mejor rendimiento para convertirse en agua y una excelente manera de almacenarla.
Durante su vida en libertad, los gatos no tenían asegurado el sustento diario y por ello debían guardar todas las reservas que pudiesen en su cuerpo para afrontar épocas de carestía.
La bolsa primordial podría llegar a salvarles la vida en caso de hambruna.
Por último, el saco primordial es signo de elasticidad que se despliega como un acordeón facilitando los movimientos.
No todos los gatos muestran el saco primordial presente siendo más habitual verlo en gatos ferales o callejeros, tal vez por su mayor posibilidad de sufrir períodos de carencia o situaciones de emergencia o ante posibles luchas con otros gatos.
Su presencia difiere de unas razas a otras, tal vez porque algunas poseen más carga genética silvestre que otras por ello muchas veces este rasgo se considera como una señal de inclusión o pertenencia racial.
La bolsa primordial del gato es también una señal del gen guerrero que se manifiesta en algunos ejemplares.
Los que sí tienen bolsa primordial son los grandes felinos que viven en libertad, como los leones, los tigres, las panteras o los pumas.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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