El perro en cuanto llega a una nueva casa, se convierte en uno más de la familia. Es por eso que tener un perro determina la responsabilidad de su cuidado por toda la vida del animal y exige determinados sacrificios que los tutores (antes dueños) hacemos gustosos porque eso proporciona bienestar y felicidad al animal.
¿Cómo saber si el perro es feliz y está recibiendo los cuidados necesarios o, por el contrario, sufre alguna carencia? Enumeraremos algunas pautas necesarias para evaluar esta posibilidad cierta de nuestro perro.
Nuestro perro está aparente y clínicamente sano
Es el primer y más claro indicador de la felicidad de un perro. No se puede ser feliz estando ostensiblemente enfermo. Si el animal sufre algún tipo de enfermedad, obviamente se encontrará en mala forma tanto física como anímicamente, sin ganas de nada.
Pero si tiene una dieta adecuada, disfruta de actividad física y recibe cariño, lo normal es que goce de buena salud en términos generales y abarcando el concepto físico, emocional y familiar más allá de determinadas dolencias físicas puntuales.
Descansa en una postura relajada
Un perro feliz mantiene una actitud relajada de manera permanente: con los ojos entrecerrados, la boca entreabierta, el cuerpo sin tensiones y las orejas hacia abajo (a no ser que esto sea imposible por las características de su raza).
Ninguna amenaza se cierne sobre él, considera que su entorno es protector y, por tanto, confía y vive relajado y con tranquilidad.
Mueve la cola acompasadamente
Un perro feliz mueve la cola de un lado a otro y con cierto ritmo, no siempre, pero sí en situaciones que asocia con la felicidad, como cuando llegamos a casa, cuando sale al parque o a pasear o cuando le hablamos y le damos mimos o caricias.
Un perro con la cola entre las patas tiene miedo y, si la coloca bien hacia abajo, es porque está alerta por algún motivo. Ambas situaciones no son compatibles con el estado de felicidad.
Tiene apetito
Un animal come su alimento con ganas porque está a gusto. Algunos son más remilgados que otros con la comida, igual que los humanos, pero cada uno de nosotros conoce si nuestro perro está aceptando bien o no la alimentación que le ofrecemos.
Si parece desganado, tal vez tenga algún problema físico o se sienta triste. En estos casos, lo indicado es consultar con el médico veterinario de confianza, pero lo cierto es que podemos afirmar que ese animal no está feliz.
Un animal feliz es curioso
Un perro curioso es también un perro feliz. A los perros les encanta oler todo, tocar y, si es posible, incluso lamer o masticar lo que se le aparezca de frente.
Los perros adoran investigar su entorno y, por eso, siempre van a la puerta cuando alguien llama, olfatean sesudamente lo que traemos del super o rastrean minuciosamente todas las habitaciones de la casa.
Son curiosos por naturaleza y ese interés y actividad son, precisamente, lo que indica que un perro es feliz.
Duerme bien
Los perros son animales que dormitan con frecuencia a lo largo del día, ya que reparten sus horas totales de sueño en diversas siestas. La clave para saber si está feliz está en comprobar si mantiene su ritmo de sueño/vigilia habitual o lo ha alterado lo que podría indicar un problema.
El perro feliz duerme varias siestas al día, pero en cuanto recibe el estímulo adecuado (como una invitación a salir para ir al parque), muestra todas sus ganas de explorar y de participar de la propuesta.
Muestra la panza
Este comportamiento es señal de confianza porque se trata de una zona vulnerable de su cuerpo que sólo enseña a aquellos con los que está a gusto. Sabe que amenaza posible y por eso te muestra la panza y la ofrece para que lo rasques y le des cariño.
Mantiene el contacto visual
Un perro feliz no tiene miedo de mantener la mirada de un humano. Por el contrario, cuando baja la mirada es porque teme desafiar a quien considera que está en un rango superior.
Es un gesto de sumisión y miedo, en cambio si no tiene problemas en mantener el contacto visual es porque confía plenamente lo que redunda en equilibrio emocional y felicidad.
Busca contacto
El interés en mantener el contacto con nosotros surge porque necesita de nuestra presencia , de las caricias, de la atención.
Nos considera de su propia manada y le gusta estar nosotros. Si, además, entrecierra los ojos cuando lo acariciamos, es un indicio que demuestra que le gustan estos gestos y que nos prefiere
Expresa felicidad en su conjunto de lenguaje corporal
El lenguaje corporal de un perro feliz es de los más expresivos que existen en el mundo animal. El perro mueve la cola cuando llegamos a casa, salta de alegría e impaciencia cuando sabe que va a salir a pasear y a jugar en la plaza, le brillan los ojos y le encanta estar con nosotros para recibir caricias y mimos.
Todo su cuerpo es testigo y expresa felicidad. Es como un chico que vive cada día intensamente y que disfruta de cada momento.
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