Muchas veces cuando llevas tu perro o tu gato a la veterinaria y el veterinario toma la temperatura rectal, observá que lo hace casi siempre con un termómetro digital. ¿Sabés por qué?
Porque es más rápido que el viejo termómetro de vidrio y mercurio y, además, es más finito. ¿Y por qué la temperatura rectal? Porque no se le puede tomar la temperatura en las axilas. Si bien tienen axilas, desde el punto de vista anatómico, no son axilas como las nuestras que permiten capturar un termómetro y ponerlo en una especie de cuevita.
“Ah, pero le podemos tomar la temperatura bucal”, dirás. Y yo te diría, ‘tomale vos la temperatura bucal a tu perro’. Va a romper el termómetro. También podría tomarse la temperatura óptica, pero es algo molesto para el animal. Por eso se toma la temperatura rectal.
Ahora, cuando el veterinario te dice que el animal tiene 38,4°, te asustás porque decís “si nosotros tenemos 36,8°, el perro tiene fiebre con 38,4°”. No, la temperatura corporal del perro y el gato oscila entre 38° y 39°. No tenés que pensar que tiene fiebre cuando está dentro de ese rango.
La palabra fiebre es mucho más que el aumento de temperatura. Aumento de temperatura es hipertermia. Fiebre es decaimiento, desgano, falta de apetito que incluye el aumento de la temperatura.
Y un tip que me dio mi vieja que ayuda a percibir la temperatura en un perro o un gato. Mi mamá cuando quería saber si yo tenía fiebre o no apoyaba sus labios, zona altamente sensible, sobre la frente. Porque como los apoyaba cotidianamente cuando me despedía con un beso de las buenas noches, entonces sabía cuándo había una diferencia.
Tomale las orejas a tu perro o gato cuando está bien y percibí con tu mano la diferencia de cuando haya temperatura, hipertermia o aumento de la temperatura. Allí, si hay decaimiento, falta de apetito consultá con tu médico veterinario de confianza.
Igual que en los seres humanos, la fiebre es una respuesta del organismo necesaria. El cuerpo de los animales también reacciona ante agentes patógenos con mecanismos de defensa como la fiebre.
Los veterinarios pueden llegar a notar una leve hipertermia en ocasiones cuando el animal se estresa en el trayecto de su casa a la veterinaria y esto es normal por eso lo ideal es tomarles la temperatura cuando se encuentra tranquilo, aunque esto no siempre es posible.
El organismo de perros y gatos, lo mismo que el de las personas, tiene una suerte de termostato situado en el hipotálamo, que es el área del cerebro que controla la temperatura del cuerpo, el hambre y la sed. Cuando ingresan al organismo agentes patógenos provocan fiebre, estimulan la producción de sustancias como las citoquinas que estimulan la síntesis y liberación de prostaglandina E2, que actúa como mediadora de las respuestas que conducen a la fiebre.
Cuando la señal llega al hipotálamo este cambia el punto de referencia de su centro reguladora de la temperatura elevando la temperatura basal. Como la temperatura se eleva sobre lo normal aumenta el calor en el organismo y el animal, lo mismo que las personas, siente escalofríos. Para intentar eliminar un poco ese calor se produce otro mecanismo, como la hiperventilación. por lo que el animal presenta aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
La fiebre es un mecanismo para proteger el cuerpo, ya que contribuye a la eliminación de los agentes patógenos, y actúa como coadyuvante de la función del sistema inmunológico. Incluso puede aumentar el efecto bactericida de algunos antibióticos, de ahí que adquiera un importante rol en la defensa del organismo.
Realización: Sam Cejas/ Edición: Facundo Madero
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