A muchas personas les resulta irresistible la mirada o el aspecto general de los animales de cara chata, los ñatos, los llamados científicamente braquiocefálicos o braquicéfalos. ¿Por qué hay personas que no se pueden resistir a estos perros y a estos gatos de cara chata?
La razón es simple, les parecen tan adorables por que el ser humano, un mamífero más, para garantizar la empatía con sus crías ha desarrollado un mecanismo mental por el cual le enternece y le agrada cualquier otro ser cabezón (el bebé humano lo es), de ojos grandes y saltones (el bebé humano los tiene).
Esto hace que para muchos ese instinto los dirija casi hipnóticamente a esas caritas difíciles de sortear sobre todo cuando nos ponen aspecto de “yo no fui”. Por otra parte, ante esa preferencia instintiva pero real por lo que se han potenciado estas características en muchas razas.
Sin embargo, detrás de esta conformación puede haber problemas serios en los que no se suele pensar y que pueden poner en riesgo el bienestar de estos animales y la armoniosa relación con sus tutores.
Muchos de estos perros y gatos comulgan con la característica de ser condrodistróficos congénitos un síndrome que hace referencia a unas anomalías anatómicas que desembocan visiblemente un cráneo más ancho y corto de lo normal, patas cortas y chuecas y una conformación muy particular en contra de la selección natural.
Como un hecho realmente llamativo es digno de destacar que aquello que en el ser humano consideramos anomalía genética se potencia increíblemente a la hora de criar algunas razas de perros o gatos .
Las razas braquicéfalas más conocidas son bulldog francés e inglés, shih tzu, pequinés, bóxer, dogo de burdeos, bullmastiff, lhasa apso o american bully, entre otras.
Dentro de ellas se destaca como un ejemplo más claro el bulldog inglés, cuya esperanza de vida es cortísima y que acarrea numerosos problemas de salud asociados a ese aspecto que nos llama tanto la atención y que hemos potenciado adrede.
En el mundo de los gatos, la primera raza que destaca como ñata es el gato persa, aunque también podemos incluir al gato exótico de pelo corto (versión pelicorta del persa), el birmano o el himalayo (versión patrón de color siamés del persa).
Los principales problemas que afectan a los animales con braquicefalia son la dificultad para respirar, la dificultad para controlar la temperatura, los ronquidos, el mayor sedentarismo debido a que se cansan mucho más que otros animales al hacer ejercicio, dientes deformados, vómitos frecuentes, paladar blando elongado, problemas cardíacos, mayor riesgo ante procesos anestésicos y en consecuencia menos calidad de vida y por ende menos esperanza de vida.
Con estos animales es imprescindible limitar la actividad física, poner especial cuidado en prevenir los golpes de calor, no sobreexcitarlos, usar preferiblemente arnés en lugar de collar y limpiar y vigilar ojos y la dentadura.
En suma, una serie de cuidados y precauciones evitables ya que su existencia ha surgido por un capricho humano que los hace procrear la más de las veces por inseminación artificial y nacer por cesárea al ser cabezones y poco hábiles en la coordinación motriz de su cuerpo diferente.
Lo que se afecta en todos estos casos es la calidad de vida de estos animales, que se consideran bonitos, pero que tienen serios problemas de salud que comprometen su existencia.
No poder respirar puede ser agónico, roncar al dormir les impide descansar bien y el sedentarismo los lleva a una obesidad que les provoca otros problemas secundarios. No se puede revertir que un perro sea braquicéfalo, y aunque sí puede haber tratamientos, algunos quirúrgicos, ante sus problemáticas, es necesario tomar conciencia de sus limitaciones, de extremar su cuidado y contar con el veterinario como mejor aliado.
Aunque la mejor decisión sería reflexionar sobre las terribles consecuencias que tiene sobre un ser vivo amado y además deseado ir en contra de la naturaleza por un simple capricho humano.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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