Más de una vez nos pasa que no recordamos dónde dejamos nuestro auto en una playa de estacionamiento.
Una especie de hormigas, las hormigas forrajeras del desierto, si tuvieran automóviles, no tendrían este problema porque tienen un sentido interno de la dirección y la distancia de su nido.
Otras veces olvidamos nuestras llaves que en realidad dejamos apoyadas hace instantes en la mesa.
Una ardilla gris probablemente se compadecería de nosotros ya que puede recordar la ubicación exacta de cada nuez que enterró incluso después de dos meses .
Alguna vez nos costó recordar una canción, tanto su letra como su melodía. Esto nunca le pasará a un zorzal.
Por esa razón, sostengo que los seres humanos no son superiores si no diferentes y es allí, en la diferencia, donde está su distinción competitiva de supervivencia.
Si medimos las habilidades cognitivas humanas en la escala de una hormiga o una ardilla, seguro salimos perdiendo.
Las habilidades cognitivas son los mecanismos mentales que utilizamos los animales para comprender el entorno y que incluyen percepción, aprendizaje, memoria y toma de decisiones .
Pero entonces, ¿qué es la inteligencia?
La mejor respuesta es que no estamos seguros ya que la inteligencia es un concepto altamente cuestionable, opinable y debatible.
Generalmente, las mejores definiciones de inteligencia se refieren a la capacidad del individuo para aprender e implementar conocimientos. O sea, a la capacidad de resolver situaciones novedosas con elementos aprendidos previamente.
Las pruebas de coeficiente intelectual humano miden aspectos específicos relacionados con las habilidades matemáticas y del lenguaje, aspectos de la inteligencia muy propios del ser humano y muy influenciado por la genética poco cambiante a lo largo de la vida.
Las que cambian y se pueden mejorar son las habilidades cognitivas.
La teoría de la inteligencia múltiple caracteriza ocho tipos diferentes de inteligencia. Además de las habilidades matemáticas y de lenguaje que se miden normalmente, incluye:
1. Inteligencia musical, que presentan músicos y compositores.
2. Inteligencia espacial, como habilidades de navegación.
3. Inteligencia kinestésica, movimiento corporal coordinado, comúnmente asociado con los atletas.
4. Inteligencia interpersonal, la capacidad de comprender a otras personas.
5. Inteligencia intrapersonal, una alta comprensión de uno mismo.
6. Inteligencia naturalista, la capacidad de dar sentido a la naturaleza.
El término inteligencia se inventó entonces para medir las habilidades de una persona en comparación con la de la población general.
Por tanto, sería irracional intentar comparar la inteligencia entre diferentes especies.
En cambio, de la misma manera, que estamos comenzando a apreciar que diferentes personas tienen diferentes tipos de “inteligencia”, debemos apreciar las diferentes habilidades cognitivas presentes en las especies.
Es imposible realizar comparaciones directas entre especies, pero podemos intentar comprender mejor las diferentes habilidades cognitivas presentadas por diferentes animales.
La evolución ha equipado a cada especie con un conjunto único de habilidades especializadas para sobrevivir en un entorno específico.
Si respetamos las habilidades individuales de las especies y tenemos en cuenta sus antecedentes biológicos, nos aseguraremos de no encontrarnos comparando la capacidad de volar de los peces y los conejos.
Cada una especie diferente muestra una forma alternativa de ver el mundo.
A veces estamos tan cerca de nuestros perros que en ocasiones es difícil recordar lo diferente que somos, comprender y respetar esa diferencia es el paso más determinante para mejorar nuestra comunicación.
Esa comunicación interespecífica es quizás el premio más grande que nos puede brindar la vida.
Siendo lo más cercano que tenemos a nuestro perro el entenderlo es determinante para disfrutarlo.
Todo ello se logra con el ejercicio del amor, del buen trato, con el despertar de las habilidades cognitivas a través de la inteligencia emocional de la que todos tenemos una porción al ser seres sintientes, sensibles y sufrientes.
El buen trato en términos de especificidad mejora la comunicación, optimiza los resultados y genera empatía como inicio de una buena relación.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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