Hasta no hace tanto tiempo se suponía que los perros no tenían, como otros animales, la posibilidad de tener su propia Brucella y mucho menos de transmitirla al ser humano.
Pero ¿qué es la brucelosis?
La brucelosis o fiebre cuartana es una enfermedad de los animales contagiosa al ser humano a través, por ejemplo y casi siempre, de la ingesta de leche cruda de animales enfermos.
Esta enfermedad reproductiva afecta a cabras y vacas, entre otros, con una ola de abortos que disminuye significativamente su tasa reproductiva además de quitar de la producción a los animales afectados.
Hasta aquí la enfermedad en los animales productivos.
Pero, ¿cómo afecta a los perros esta bacteria?
Y lo que es más crítico aún: ¿cómo se puede contagiar el ser humano de ellos?
La brucelosis canina es provocada por una bacteria propia del perro, del mismo género que la que causa la enfermedad en los animales de producción: la Brucella canis.
Esta enfermedad produce importantes fallas reproductivas, especialmente en criaderos de perros, a través de abortos, muertes fetales y afecciones en el aparato reproductor.
Entre los animales, la brucelosis se transmite por vía oral, nasal, conjuntival o sexual.
Es decir, si un perro interactúa con cualquier fluido corporal de otro perro infectado, se podrá contagiar de brucelosis.
Del mismo modo, las personas pueden contagiarse si entran en contacto directo con las secreciones de un perro infectado. La afección se trata con antibióticos.
Los principales síntomas que produce la brucelosis canina son:
- Abortos espontáneos en las perras en estados de gestación avanzados.
- Si los cachorros llegan a término, podrían nacer enfermos o muy débiles, incluso podrían no sobrevivir.
- En el caso de los machos, inflamación de los testículos, atrofia testicular, inflamación de la próstata e infertilidad.
- Además, artritis, inflamación de los discos intervertebrales que pueden ser el origen de rengueras, incluso problemas oculares, letargia, Inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre.
Por otro lado, la mortalidad es muy poco probable, a excepción de los neonatos o perros que tienen el sistema inmune deprimido.
El tratamiento antibiótico es lo recomendado para curar la brucelosis canina, además de la castración que está absolutamente indicada y es, sin duda, el ideal de la prevención de esta enfermedad.
Para llegar a precisar el diagnóstico de esta enfermedad, sobre todo antes del arribo de los métodos rápidos, era necesario tomar muestras de los ganglios linfáticos, el útero, la médula ósea, la próstata de manera incordiosa e invasiva hacia el animal y dilatoria hacia la rapidez del resultado.
Incluso en algunos métodos sanguíneos de diagnóstico, la tardanza en la obtención de conclusiones era un tropiezo para el control de la enfermedad.
La Universidad Nacional de San Martín ha desarrollado, con el concurso de una empresa privada, un método accesible a cualquier profesional veterinario que en tan solo minutos y a través de maniobras muy sencillas logra la más alta efectividad diagnóstica frente a esta enfermedad.
En un avance muy importante para la ciencia argentina ya que se trata de una herramienta que está al alcance de cualquier veterinario clínico, sin necesidad de instrumental caro o complejo o aparataje oneroso, lo que facilitará el control de este flagelo.
La brucelosis canina podría tener graves consecuencias para nuestros perros, además del contagio al ser humano con severas implicancias. Por ello, el diagnóstico precoz y rápido, hoy accesible para cualquier veterinario argentino y del mundo a partir del método original creado por la UNSAM, y la castración preventiva resultan una conducta indispensable para evitar las consecuencias de un fantasma poco conocido pero existente entre nuestros perros.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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