En general nos llama mucho la atención los colores de los gatos.
Más aún si se trata de gatos tricolores y sobre todo calicó, una coloración característica: con pelaje blanco y manchas marrón-anaranjado y negras.
Los gatos que presentan esa coloración (gatos mariposa) son siempre hembras, ya que en cada una de sus células tienen dos cromosomas X, que son los que en esa duplicación definen el sexo.
La cultura popular reconoce claramente a estas hembras, por el color pero, y siempre aparece un pero biológico, si el gato es macho no lo será tanto porque aflorará las más de las veces un claro y preciso hermafroditismo hecho visible en sus órganos genitales.
En los gatos, el gen para el color naranja está ubicado dentro del cromosoma X y puede tener un alelo (el par que complementa a todo gen) para el color negro por lo tanto la única forma en que ambos se den juntos y combinados con blanco es que haya dos cromosomas X o sea que se trate de una hembra.
Aproximadamente uno de cada 3.000 tricolores calicó será macho, que será hermafrodita, y sólo uno de cada 10.000 será un macho fértil.
En muchas culturas, los gatos calicós están relacionados con la buena suerte.
Se cree que tener uno de estos gatos atrae a la buena suerte y al bienestar a quien convive con ellos.
Incluso dice la superstición, que estos gatos tricolores ahuyentarían a los malos espíritus y a cualquier energía negativa que estuviera presente en el entorno.
Siguiendo en la línea de lo que expresa el color en los gatos aparecen en escena los gatos quimera, que son aquellos que contienen dos tipos diferentes de ADN, esto es, dos células huevo o cigotos fecundados presentes en su genética, lo que hace que el color de su pelaje o el de sus ojos sea completamente diferente.
La mitad del cuerpo suele ser de un color y la otra mitad de otro.
Un efecto de la genética que resulta realmente sorprendente, ya que parece como si dos animales diferentes estuvieran en el cuerpo de uno solo.
Los gatos quimera no son otra especie diferente, ni gatos defectuosos o maltrechos, sino el resultado de una alteración genética que los hace contener dos tipos de ADN, producto de dos embriones fusionados pero que constituyen un solo individuo.
Son dos embriones que se fusionan en el útero materno a una edad temprana de la preñez.
Por eso, no es de extrañar que no sólo cambie el color de su pelo, sino también el de sus ojos, fenómeno que se conoce como heterocromía.
Existe una gata que sufre de quimerismo que se ha convertido en toda una influencer en redes sociales: Venus, el gato de las dos caras.
Por una de sus “caras” tiene el pelaje negro y el ojo verde, mientras que por la otra su pelo es de color marrón y el ojo azul.
Entre quimeras y mariposas se teje el destino del misterioso gato que desde los egipcios hasta la fecha nos permite compartir su mundo, aunque sea a medias.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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