¿Por qué algunos perros a veces experimentan miedos sin motivos aparentes y ante situaciones ya conocidas? El desarrollo de cada especie animal tiene sus propias características. Además, las circunstancias particulares de cada una pueden ser completamente variables e influir en las fases de su crecimiento.
Tal es así el caso de los perros, en el cual suelen integrarse a familias de diverso tipo, con situaciones y en contextos diferentes, que les ofrecen cuidados y tratos únicos y particulares, aportando distintas posibilidades para ellos. Todo esto, sin duda, tiene incidencia directa en su bienestar integral.
Algunas personas conocen las fases naturales del desarrollo de los canes pero otras no y, sin querer, pueden generar ciertos perjuicios. Así como los seres humanos tenemos procesos fisiológicos que son necesarios respetar, también los tienen los perros y es preciso prestar atención en detalle a cada uno de ellos para velar por su bienestar físico, emocional y psicológico.
Por eso tener un perro debe ser siempre una decisión sumamente analizada y, más allá del deseo de contar con un acompañante fiel y cariñoso, es fundamental estar dispuestos a tomar todos los recaudos pertinentes. De modo contrario, los canes pueden desarrollar fobias que los afecten gravemente, así como también a sus compañeros humanos.
Según la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA), “conocer las etapas de desarrollo nos llevará a entender cómo podemos ayudar a nuestro perro a superar estrés, ansiedad y miedos”.
¿Cuáles son las claves para evitar que sus temores se transformen en fobias?
1. Destete
Es fundamental evitar un destete prematuro y la separación temprana de su madre. FAADA afirma que, hasta los 2 meses de vida, “los cachorros necesitan la presencia de su madre, el contacto físico, el descanso, sentirse seguros y un entorno tranquilo”, con una intervención mínima de los seres humanos. Entre los 2 y 3 meses, “es importante no exponerle a cambios bruscos de rutinas, así como permitirle descansar”.
2. Socialización
Es recomendable realizar la socialización del cachorro de manera progresiva, sin agobiarlos, para que no desarrollen miedos hacia las personas ni a otros animales.
Entre los 3 y 4 meses, explica FAADA, los perros comienzan a tener mayor autonomía y controlar mejor los esfínteres: “necesitan empezar a conocer otros perros cuidando la excitación y los tiempos. Los excesos, tanto de exigencia como de juego, pueden perjudicarle”.
Así el paseo diario resulta fundamental pero cuidando mucho el nivel de los estímulos y promoviendo un acostumbramiento paulatino: “Debemos recordar que con esta edad todavía desconoce todo lo que le rodea, por lo tanto cualquier estímulo es una novedad que necesita poder asumir. Por ello es importante que los paseos sean muy cortos y que nuestro animal disfrute de un descanso de calidad para que su cerebro asuma todo lo vivido sin que ello le genere miedos”.
3. Libre exploración
Mientras no se halle en peligro, es importante dejar explorar a los cachorros por su propia cuenta, aunque siempre con correa y arnés si se halla fuera del hogar. Según FAADA, entre los 5 y 8 meses, los perros se hallan en una fase de experimentación social y corporal, en la cual buscarán desafíos físicos.
Hay que “evitar que nuestro animal tire (de la correa) pero al mismo tiempo pueda investigar de forma independiente y segura”, aseguran desde la asociación. “Es fundamental que cuente con nosotros como buenos referentes de calma, siendo tolerantes con sus errores, empatizando y evitando intervenir”.
Entre los 8 y 13 meses, comienza la etapa de despertar sexual. “Lo más importante es que nuestro animal pueda disponer de tiempo para analizar y registrar olores de perros y personas, así como para los rituales de presentación”.
4. Crianza en positivo
Para ayudar a que un perro viva sus fases de modo natural y sus temores no se conviertan en fobias, es de suma importancia mantener la calma y tratar de no enfadarse con él. Evitar los castigos y premiar sus buenas conductas así como elogiarlo cuando está tranquilo va en línea con lo que hoy se conocer como crianza en positivo.
También resulta de gran utilidad poder enseñarle algunas órdenes básicas para que entienda cuándo debe esperar, cuándo queremos que se siente o camine. Este tipo de indicaciones pueden ser muy oportunas cuando el perro se halla inquieto o en un ambiente desconocido y necesita orientación para mantener la calma.
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