Yo quiero hacer pública mi felicitación al jefe de prensa de los carpinchos. El jefe de prensa de los carpinchos logró quizás, con una especialidad en el extranjero o quizás simplemente por una cuestión de motivación personal instalar un tema complejo, que mi tía Dora y las señoras del barrio no comprendían: la Ley de Humedales.
Porque Nordelta es un relleno de un humedal. Porque el emprendimiento de torres de 145 metros de la Costanera Sur es algo que va a eliminar un humedal, y ¿qué son los humedales? Los humedales son terrenos inundables, esos terrenos inundables que los pueblos originarios jamás hubieran utilizado para vivir.
Lo utilizaban para marisquear, lo utilizaban para cazar, lo utilizaban para pescar, pero vivían después de la barranca.
Analizá en San Isidro, analizá en Vicente López que hay una barranca y arriba de la barranca vivían los pueblos originarios, abajo están los humedales, que capturan agua, entonces la Ley de Humedales, dice: “Hagamos un inventario, ese inventario que sea el inventario de la Argentina y protejámoslo con presupuestos mínimos, es decir con propuestas mínimas de protección”.
Una de ellas, es con los carpinchos en Nordelta, ¿Cómo? Primero, dejándole espacio concreto para que puedan alimentarse, comen en la tierra, viven en el agua en una porción importante pero comen en la tierra, dale la posibilidad de que tengan pasos seguros hacia el agua, llená de carteles diciendo que si querés convivir con los carpinchos, respetalos, porque sino va a pasar lo que decía Oscar Wilde: “el campo es un lugar muy raro donde los pollos caminan crudos”.
Atención oportuna
A través de los más de un centenar de memes de la más variada estirpe, significado, procedencia e intención hasta la ocupación de los titulares no solo de portales y diarios argentinos si no del extranjero los carpinchos y su presencia en Nordelta capturaron la atención de una gran parte de los seres humanos que jamás se toparon con este inmenso roedor sudamericano.
Hasta la Embajada de Japón en Argentina habló del tema en forma oficial defendiéndolos a ultranza y expresando su actitud iconográfica para la cultura japonesa que aporta al merchandising y a su presencia en lugares tan insólitos como baños termales.
Para todos, para el público en general, los carpinchos ganaron la batalla de la empatía popular, pero ¿qué hay detrás de la tierna imagen de una familia carpincha y sus crías huyendo desesperadas por las calles de Nordelta o atacando a un perfumado perro miniatura?
Lo que ha quedado al descubierto son varias cosas: primero los estudios de impacto ambiental de dudosa confiabilidad a la hora de hacer emprendimientos inmobiliarios de alta significación económica; en segunda instancia, que para algunos la sensación de bucólica felicidad campestre termina cuando nos enfrentamos a la mínima dificultad propia del entorno; y tercero, las soluciones siempre son drásticas: trasladar, erradicar, encerrar o peor aún matar sin compasión a todo lo que se enfrente u oponga a una vida paradisíaca en supuesta paz y relax.
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