La palabra premio nos puede parecer sinónimo de recompensa, y no lo es. Porque el premio es azaroso. Jugás a la lotería y podés acceder a un premio. No tenés que trabajar mejor, ser mejor, hacer algo, simplemente comprar un billete.
Pero la recompensa es algo que se da como retribución a algo que hacés y nuestro perro recibe recompensas.
Si vos querés enseñarle a nuestro perro, por ejemplo, a sentarse es muy fácil: el perro está parado delante tuyo, mirando a tu izquierda o a tu derecha, mirando a tu izquierda, con la izquierda, lo tomás del pecho, con la derecha lo presionás en la parte posterior mientras le decís una palabra corta: “Sit”,
No le digas “sentate”, no le digas “sentado” porque luego vendrá “parate”, vendrá “parado”, y todo será igual la terminación para el perro.
Sé corto y una sola vez. Enérgico al decir el “Sit”.
“Sit”, se sentó. Y aparece rápidamente la recompensa, que puede ser algo rico que no integre la dieta habitual, pero se lo tenés que dar al primer segundo, porque al cuarto segundo ya es un porcentaje decreciente que a los 10 segundos de haber generado la acción el perro deja de relacionar con lo que hizo.
Y por lo tanto por un lado recibe algo rico y por otro lado, cuando escucha “sit”, me siento “a lo mejor me siento” porque reforzar con esa recompensa hará que vos manejes el vínculo esa recompensa con tu perro cada vez mejor.
Para premiar a nuestro perro, siempre es clave entonces hacerlo en el momento justo.
La clave para conseguir que nuestro perro asocie correctamente la acción con la recompensa, es realizarla en el momento justo e inmediato. Hay que hacerlo pensando en ese acto, de forma consciente y conectado con el perro.
Tres tips imprescindibles
Elegir siempre un premio irresistible. El premio de comida tiene que ser siempre más atractivo que lo que pueda mover al perro a escaparse, a tirar de la correa o a separarse de nuestro lado.
Variar el tipo de recompensa. Ir cambiando para generar nuevas sensaciones y sorpresa.
No abusar de los premios. Porque sino el perro nos medirá el tiempo a nosotros.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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