Si bien el envejecimiento es inexorable y alcanza a cualquier ser vivo, conocer más sobre los aspectos de esta etapa en nuestros animales nos permitirá sobrellevarla mucho mejor.
El envejecimiento es inexorable pero no es lo mismo hacerse viejo que volverse viejo.
La esperanza de vida es una condición genética marcada desde el principio de la vida, hacerla coincidir con la longevidad será una condición que dependerá de cómo tratemos a la vida y a su estuche: el cuerpo de nuestros animales .
De esa forma todos siempre se volverán viejos, pero de nosotros dependerá no hacer viejos a nuestros animales.
La vejez no es una enfermedad. La vejez es tan solo una etapa de la vida.
Por supuesto coincidiendo con el deterioro lógico de la edad aumentan, en ese tiempo, las posibilidades de padecer enfermedades.
Por lo tanto, al perder elasticidad los tejidos acusarán falta de reacción inmunológica, física, cognitiva y algunas características propias como el desarrollo de una emocionalidad especial.
Todo ello se puede observar en nuestro perro o en nuestro gato.
El paso de los años marcará características puntuales y fácilmente identificables del deterioro, pero muchas veces ese deterioro se enmarca en una patología muy especial llamada el Alzheimer de los perros o de los gatos que es en realidad el síndrome de deficiencia cognitiva senil canina o felina.
Los perros y los gatos entonces son capaces de padecer una propia enfermedad de Alzheimer o demencia senil específica.
Los primeros signos que muestra un animal de compañía de cierta edad con respecto al padecimiento del SDCS (síndrome de deficiencia cognitiva senil) son los relativos al cambio de la rutina sueño-vigilia.
Son aquellos animales que duermen durante el día a diferencia de lo que ocurría años antes y despiertan durante la noche , llorando o gimiendo sin sentido o sin explicación.
Estos animales son capaces de permanecer estáticos frente a un rincón o una pared, mirando sin ver y emitiendo gemidos especiales y muy característicos.
Nada les duele y es en realidad una ausencia o cambio en la percepción de su realidad.
Una segunda andanada de signos tiene que ver con la emocionalidad.
El cambio de carácter volviendo más gruñones y susceptibles a los animales más viejos es una característica de esta situación y del síndrome de deterioro cognitivo en particular.
La tercera característica de este síndrome apunta a la eliminación inadecuada o sea la alteración de los hábitos higiénicos.
Si empezamos a sumar signos y además de los anteriores nuestro animal ha dejado de pedir para salir o ha de comenzado a orinar y/o a defecar en lugares insospechados fuera de su habitualidad estaremos sumando probabilidades de padecer este síndrome.
La cuarta característica de los animales que padecen este síndrome es la perdida de la memoria puntualizada en no recordar trucos aprendidos o pararse frente a la puerta a distancia prudencial por no recordar para que lado abre.
Un animal con la suma de estos signos puede ser diagnosticado con el SDCS y de ser así sometido a los tratamientos más modernos que permitirán una vida feliz y la mejor calidad posible.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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