El orangután es una de las tantas especies de simios que pertenecen a la familia homínida. En esta clasificación también destacan los gorilas, los chimpancé y los seres humanos.
Estas grandes criaturas cuando están erectas pueden alcanzar más de 1,6 metros, con un peso aproximado de 120 kilos. Son originarios de Malasia e Indonesia, en el sudeste asiático. El nombre de la especie fue tomado del idioma malayo, ya que Orang Hutan significa “persona del bosque”.
Los orangutanes se caracterizan por poseer unos brazos muy largos y abundante pelaje rojizo que recubre una gran parte de su cuerpo, además de una boca muy prominente y cabeza grande.
Hay tres especies de orangután, el de Borneo (Malasia), el de Sumatra (Indonesia) y la Tapanuli (Indonesia). Las tres están en peligro crítico de extinción según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Los humanos y los orangutanes comparten casi un 97% de ADN, lo que lo convierte en un pariente cercano de hombres y mujeres. A pesar de eso, estos primates no son tan sociables como los humanos y pasan la mayor parte del tiempo solos.
Cada 19 de agosto se celebra el Día Mundial del Orangután. Fue declarado con el objetivo de tomar conciencia a nivel internacional de la necesidad de cuidado y protección de estos primates, a fin de evitar que se extingan como ha ocurrido con otras criaturas debido al maltrato, la explotación económica y la caza furtiva.
Los científicos han establecido que hace unos 12.000 años los orangutanes eran millones y habitaban desde la isla de Java, en Indonesia, hasta el sur de China. Actualmente, estiman que quedan apenas unos 60.000.
Las tres especies hoy solo están presentes en Indonesia y Malasia:
-El orangután de Borneo (Pongo Pygmaeus) que habita las provincias malayas de Sabah y Sarawak y las provincias indonesias de Kalimantan.
-El orangután de Sumatra (Pongo abelii) que se encuentra en el norte de la Isla de Sumatra.
-El orangután de Tapanuli (Pongo tapanuliensis), descubierto hace apenas tres años, que también habita en la zona norte de la isla de Sumatra.
Su comportamiento social y personalidad contrastan fuertemente con la de sus primos gorilas y los “más políticos” chimpancés que viven en comunidades, con fuertes liderazgos, y con profusión de interacciones sociales. Por el contrario, los orangutanes impresionan por su aspecto calmo, reflexivo y su modo de vida semi solitaria. Los machos sólo se acercan a las hembras al momento de aparearse y cuando están preñadas se alejan y se mantienen ausentes de la crianza de los pequeños. Las hembras, por el contrario, suelen vivir con sus hijas hasta que ellas se independizan y con las crías tienen un lazo de profunda dependencia que se extiende hasta los 8 años. Esto es así porque las madres transmiten todos los conocimientos que le harán posible su vida adulta a su descendencia. Con las madres aprenden cómo distinguir los alimentos, dónde encontrarlos, cómo conducirse ante el peligro.
Los orangutanes duermen en lo alto de las ramas y se alimentan de frutos maduros, hojas, ramas, termitas, miel, hongos y otros insectos. Reconocen su alimento, en particular los frutos, por su color y olor y es tal la destreza que exhiben, ya que consumen hasta 400 especies distintas de plantas, que son reputados como los más brillantes botanistas del planeta.
Sus características físicas los hacen inconfundibles. Así se distinguen por su largo pelaje rojizo y brillante. Los machos adultos, además de ser más corpulentos, desarrollan una brida o almohadilla de tejido adiposo alrededor de la cara que los hace lucir impresionantes y los vuelve atractivos para las hembras.
Los orangutanes llaman la atención por la envergadura de los brazos que hace que cuando están de pie sus manos prácticamente toquen el suelo. Cuando un macho estira los brazos puede alcanzar los dos metros de un lado al otro, superando con ello su estatura que ronda el 1,50 a 1,60 metro. Ello es así porque han evolucionado como simios arborícolas a diferencia de chimpancés y gorilas que, además de andar por las ramas, también caminan apoyándose sobre la segunda falange de sus dedos.
Al igual que los otros simios, y otros animales, se admite que existen tradiciones aprendidas socialmente que llegan a constituir culturas. Así, en partes de Borneo los orangutanes usan puñados de hojas como servilletas para limpiarse la barbilla, mientras que en algunas partes de Sumatra usan hojas como guantes, lo que los ayuda a manipular frutas y ramas espinosas, o como cojines de asiento en árboles espinosos.
Una curiosidad de esta especie es que alrededor de un tercio de los orangutanes no tiene uña en el dedo gordo del pie, aunque los científicos no han dado una explicación definitiva al respecto.
Los orangutanes pasan casi toda su vida en árboles, incluso duermen en ellos, donde se arman nidos mullidos con hojas y ramas. Los orangutanes de Borneo a veces bajan hasta el suelo, pero los de Sumatra apenas lo hacen.
Según la organización Greenpeace, cada día hay 25 orangutanes menos. Su hábitat está siendo destruido para cultivar palma. Esto los convierte en una especie en grave peligro de extinción.
Con información del Instituto Jane Goodall
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