1. Un gato no es un perro que sabe idiomas
Los gatos son una especie diferente a cualquier otra y por contigüidad en el espacio conviviente tenemos la idea de que son una extensión del perro.
A diferencia de otras especies animales, los gatos son carnívoros casi estrictos y no son capaces transformar los ácidos grasos vegetales en grasas.
Por lo tanto, no es lo mismo para su nutrición y alimentación que reciban aceite vegetal en lugar de grasa animal.
Por otra parte requieren taurina y arginina como aminoácidos esenciales (que son incapaces de sintetizar) y ciertas dietas caseras no se los proveen.
Tengámoslo en cuenta a la hora de alimentar a nuestros gatos en forma casera ya que los alimentos balanceados comerciales siempre respetan estas pautas.
2. Se dice que los gatos tienen siete vidas y también se dice que los gatos tienen tendencias suicidas
Ni lo uno ni lo otro es cierto.
Si bien tienen mas chances de salvarse que otros animales de las caídas de altura por la elasticidad de su cuerpo y el sesgo que pueden darle a la caída pueden sucumbir a las alturas.
Los gatos son excelentes trepadores y les encanta andar por las cornisas pero a veces, en sus periplos de altura son capaces de perder el equilibrio y en esos casos, raros para los humanos, se caen, simple y sencillamente se caen y pueden no sobrevivir.
3. La grasa corporal en los gatos es su reserva de agua
Los gatos son animales de desierto, en su origen, por ello tienden a acumular grasa como método de ahorrar agua y es también por eso es que es muy difícil de observar un gato flaco.
También se debe a ello que tengan un circuito muy estrecho y cerrado en el metabolismo del agua lo que implica que muchas sustancias inofensivas para otras especies sean tóxicas para ellos: como por ejemplo la aspirina, el cloroxilenol, la acaroína o la dipirona.
Por eso, no hay que automedicar a los gatos.
4. Los gatos blancos pueden ser sordos y más sensibles a tumores de piel
Los gatos blancos, sobre todo los de ojos claros, en general son sordos irreversibles y los blancos de pelo corto son más sensibles que otros a tumores en las orejas, en la nariz y en general en la cabeza estimulados por la desprotección a la exposición al sol.
Por eso los gatos blancos no deben ser expuestos al sol en exceso, evitándolo sistemáticamente.
5. Los gatos maduros deben concurrir al veterinario al menos una vez al año
Los gatos, una vez que alcanzan los ocho o nueve años de la edad, son más susceptibles a las enfermedades asociadas al envejecimiento.
Por lo tanto, es recomendable que a esa edad comiencen a ser controlados anualmente o más a menudo por su médico veterinario haciendo los exámenes que sean necesarios para tomar las medidas preventivas del caso.
Mantener actualizadas las vacunaciones todos los años, toda la vida del animal es una medida que evitará desagradables sorpresas.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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