Lejos de pensar que los perros saben de futbol es ésta una manera risueña de plantear como es que ven los perros.
¿Ven en blanco y negro? ¿Ven en colores? ¿Cómo ven en verdad? ¿Cómo ven los perros? ¿Tienen un sentido de la vista parecido al nuestro?
Una gran falsedad, difícil de erradicar como todas las creencias arraigadas en el tiempo, es la afirmación de que los perros ven en blanco y negro y que no pueden distinguir los colores.
Por un lado, el mundo, el Planeta Tierra tiene diferentes materias y objetos que se perciben con distintas longitudes de onda en colores variados según algunos sea absorbidos por la materia y otros rechazados por ella lo que queda definido por la capacidad de percepción de quien los ve.
El mundo puramente en blanco y negro de los perros no existe y en todo caso fue falsamente definido por la limitación de la fotografía inicial y sus sales de plata como fundamento de esa técnica.
El mundo verdadero, no el de las fotos primitivas, es en colores variados y diferentes.
Pero ¿Qué colores son los que ve y quién los ve? Eso ya es otra cosa.
Podríamos preguntarnos: ¿De qué color son las margaritas? y si la respuesta la diera un ser humano diría que son blancas en sus pétalos y amarillas en el centro.
Sin embargo si la contestación la diera por ejemplo, una abeja (si las abejas hablaran) diría que según ella la ve tiene pétalos rojos y el centro anaranjado.
Los humanos perciben la realidad de una manera y las abejas de otra.
Esto se repite con cada una de las especies que tiene una visión particular no sólo de los colores sino también de otros aspectos relacionados con ella y con sus capacidades distintivas.
Los perros no ven en blanco y negro.
Pueden distinguir los colores pero no de la misma manera que lo hacemos nosotros.
Por ejemplo, los perros tienen la posibilidad de diferenciar entre un tono azul y otro amarillo, pero no pueden hacerlo entre un tono rojo y otro anaranjado. A estos dos últimos los ven iguales y como amarillo.
La diferencia radica en el espectro, en el rango de colores que pueden percibir, con el que todos los seres vivos contamos y que depende de las células receptoras de luz que poseamos.
Estas células son los conos, y forman parte de la retina de todos los vertebrados. Por ello se llaman conos retinianos.
Un tipo de conos es sensible a la luz roja, otro a la luz verde y otro a la azul.
El ser humano posee estos tres, que no por casualidad son homólogos a los diferentes dispositivos receptores de la televisión en colores.
Otras especies, entre otros el Diamante de Gould, un pequeño y hermoso pájaro australiano, poseen cuatro clases de conos, el cuarto les permite percibir la luz ultravioleta para distinguir en la oscuridad a la boca de sus pichones hambrientos que posee células específicas fluorescentes ante esos rayos.
También esta percepción les permite distinguir frutas maduras o evaluar la receptividad de una hembra al apareamiento en otras especies.
Siguiendo nuestro relato y simplificando el tema científico, la visión del perro consta de dos tipos de receptores de color, en vez de los tres que tenemos las personas.
De esa forma hay colores como los verdes o los rojos que no los percibe el ojo canino y que si lo hace el ojo humano.
En los daltónicos, pasa lo mismo porque las faltan, por una anomalía genética, los mismos conos retinianos que al perro.
Bien se podría decir que los perros son daltónicos, pero lo cierto es que no ven en blanco y negro sino que ven menos colores que nosotros.
O sea un mundo diferente no solo de olores sino también de colores.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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