Los veterinarios de la Universidad de California, Davis, decubrieron que el ADN de un gato altera la forma en que responde a un medicamento que salva vidas y se usa para tratar la miocardiopatía hipertrófica, o MCH, una enfermedad cardíaca que afecta a 1 de cada 7 gatos. El estudio fue publicado en la revista Nature Portfolio, Scientific Reports.
La MCH hace que el músculo cardíaco de un gato se espese. A medida que la afección empeora, los gatos pueden formar coágulos de sangre en el corazón que luego pueden desprenderse y causar dolor extremo, angustia e incluso muerte súbita. El clopidogrel es uno de los medicamentos que se recetan con más frecuencia para prevenir la formación de coágulos de sangre en gatos con MCH.
“Constantemente veíamos gatos que, a pesar de tomar clopidogrel, todavía formaban coágulos de sangre”, dijo el autor correspondiente Josh Stern, profesor de cardiología veterinaria y genetista de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis. Esto llevó a Stern y al equipo de investigación a comenzar a investigar en esta área e identificar mutaciones en la vía del fármaco que parecían importantes. Los datos mostraron que casi el 20% de los gatos tenían resistencia a la terapia con clopidogrel, que es ampliamente utilizada por médicos de todo el mundo.
“Este estudio se trató de averiguar por qué algunos gatos no respondían como se esperaba a la terapia con clopidogrel”, advirtió Stern.
Los investigadores comenzaron un ensayo clínico en gatos con MCH. Primero probaron la capacidad de los gatos para formar coágulos de sangre. Los dueños de los gatos administraron clopidogrel durante 14 días y los gatos fueron evaluados nuevamente. Luego, los investigadores pudieron probar si las mutaciones genéticas que habían identificado dentro de la vía del fármaco eran responsables de reducir la eficacia del fármaco.
“El resultado final es la capacidad de utilizar una prueba genética simple para tomar una decisión informada sobre qué terapia farmacológica puede ser la mejor para prevenir los coágulos de sangre en gatos con MCH”, explicó Stern.
Si bien pruebas como esta aún no están disponibles comercialmente, los investigadores esperan que eventualmente los veterinarios puedan analizar rápidamente a los gatos con MCH para detectar estas mutaciones a medida que toman decisiones de prescripción.
“Estamos muy emocionados de acercarnos a esta era en la que la medicina personalizada o de precisión en animales puede ponerse al día con la medicina de precisión en humanos”, dijo el coautor Ronald Li, profesor asistente de emergencia veterinaria y cuidado crítico e investigador de coagulación, cuyo laboratorio realizó gran parte de las pruebas funcionales de las terapias anticoagulantes. “Así como no podemos esperar que todos los humanos respondan a la medicación de la misma manera, tampoco podemos esperar que todos los gatos respondan de la misma manera”.
Los investigadores esperan que en el futuro, la medicina personalizada para gatos permita a los veterinarios probar a los gatitos para una gran cantidad de variantes genéticas que ayudarían a informar las decisiones médicas y los tratamientos a medida que crecen y requieren atención veterinaria.
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