Los pies de los humanos tienen alrededor de medio millón de glándulas sudoríparas, que constantemente están segregando humedad. Cuando los pies están metidos en zapatos calientes y húmedos, las glándulas pueden producir un cuarto litro de sudor por día. La transpiración, a su vez, está cargada de olores humanos, y para un perro, eso es algo difícil de resistir.
Los perros adultos, por lo general, comprenden que simplemente porque algo huele bien no significa que lo deben masticar. Pero cuando son jóvenes, los perros responden a los zapatos de la misma manera en que responden a cualquier cosa que les llama la atención: se lo meten en la boca.
Además de esta atracción natural está el hecho de que los cachorros pasan por una etapa de la dentición. Pocas cosas hacen sentir mejor a sus encías que ocuparse de masticar un buen par de zapatillas deportivas.
Para los perros, ese olor personal es casi tan bueno como tener cerca a su compañero humano. De hecho, los perros raramente mastican los zapatos de aquellas personas que no son de su agrado.
Por otra parte los zapatos están ahí, en el suelo, tienen un olor genial, y son del tamaño ideal. Son fáciles de alcanzar. La mayoría de los perros elige los zapatos de cuero. El cuero es la piel de la vaca. A pesar de todos los tratamientos, los perros aún reconocen el cuero como una sustancia que no deja de ser un alimento. Un valor agregado es que el cuero se ablanda y se pone más sabroso cuanto más es masticado. Tiene buen sabor, buen olor y también ofrece una buena sensación bucal.
Las plantillas absorben la mayor parte de los olores, dejando a los zapatos casi libres de olor. Quitar las plantillas cuando se regresa a casa, es una buena forma de restar atractivo a sus zapatos. Otra manera fácil de restarle encanto a su calzado es de cubrir el olor humano con un olor que desagrada a los perros.
Es recomendable vaporizar el interior de los zapatos con un spray bucal con gusto a menta. A la mayoría de los perros les desagrada el olor a menta y se mantendrán alejados de ella.
Sabemos que los zapatos son un atractivo para los perros, en lugar de castigarlos frustrándolos desalentemos que los tomen como un juguete y los hagan pedazos.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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