Los dueños de gatos ya lo saben: ni bien se prende la aspiradora, el felino desaparece rápidamente. Este monstruo ruidoso les resulta una amenaza. Sobre todo los gatos más tímidos y miedosos pueden quedar aterrados permanentemente.
Para el gato, la aparición de la aspiradora es siempre sorpresiva. Según los expertos, cuando empieza el ruido, para el gato la huída es la única salida al peligro que se encuentra en su territorio. Por lo tanto, hace falta mucha paciencia para acostumbrar al animal a este electrodoméstico, sobre todo si en el pasado tuvo experiencias negativas con él.
Los expertos en animales recomiendan a los dueños de gatos que le temen a la aspiradora que adquieran una aspiradora robot. Es más pequeña y más silenciosa, lo que la hace menos amenazante. Incluso puede ayudar establecer rutinas fijas.
Así, los gatos aprenden rápidamente cuándo va a ser usado el robot y pueden reaccionar con mayor calma. Un acostumbramiento debería hacerse paulatinamente. Lo mejor es vincular la sola presencia del nuevo robot con algo positivo, por ejemplo, una golosina para gatos.
Una vez que la mascota tolera al robot, se puede comenzar a usarlo. Cada vez que el gato se mantenga en calma o muestre curiosidad, se le debe dar una recompensa. Así aceptará rápidamente a la aspiradora robot.
Bonus track: ¿cómo jugar con nuestro gato?
Hay que aprender a jugar con nuestro gato. La idea es hacerse de un palito, el que quieras y en la punta se le ata un hilo. Y en la otra punta contraria a donde está atado el palito, vas a poner un pedazo de tela, al que se rellena con un algodón, con goma espuma, o con lo que fuere. Y lo atás.
Y empezás a zigzaguear, a moverlo con movimientos serpenteantes para incentivar el juego con el gato.
Jamás juegues con un láser, porque el láser es la presencia, y se le muestro la presa, pero jamás va haber un final. Entonces hay una frustración de todos los mecanismos de la cacería, que empiezan con el acecho, siguen con la persecución y terminan con la captura.
Esa captura no va a ocurrir nunca. ¿Querés seguir jugando con tu gato? Agarrá cajas. Y transformarlas en guaridas. Cortale una parte a una caja cualquiera para que se pueda esconder tu gato.
Hacé laberintos con distintas cajas que permitan al animal esconderse. El gato es un animal de cueva, es un animal que necesita esconderse.
Se pueden usar cajas de cereales, de zapatos y hasta algunas de mayor tamaño. Una opción divertida es esconder algún premio comestible en ellas.
Y si tenés una biblioteca, corré los libros 40 centímetros para dentro, dejando una porción libre para que el gato desde las alturas pueda otear el horizonte y sentirse mucho más seguro.
Un entretenimiento sencillo es la bolsa de papel que puede convertirse en un interminable juego para él. Y para hacerla más atractiva, se puede poner una pelota en el fondo de la bolsa.
Las varitas con muñecos son un buen juguete para los chicos. A los gatos les divierte también
Los felinos permanecen en casa y, a diferencia de los perros, requieren de una mayor imaginación por parte de sus dueños para que no se aburran. Hay que saber siempre que mediante el juego con el gato, se cuida la salud mental del animal y se estrechan los vínculos afectivos con él.
Palito con hilo y pelota incable. Jamás el láser. Cajas que hacen las veces de cuevas o la veces de laberintos. Y bibliotecas que hacen las veces de la posibilidad de una torre para otear el horizonte con mucha seguridad. Tres posibilidades para jugar con tu gato
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