El Westminster Kennel Club Dog Show es una celebración anual de todos los perros de raza pura que abarca a todos los tamaños, formas y tipos de pelaje. Este año reunió a más de 2.000 candidatos de más de 200 razas.
Los perros son juzgados sobre la base de lo bien que representan las características de su raza, tal como son definidas por el American Kennel Club.
Los perros son evaluados no solo en términos de cómo se mueven, sino también por sus expresiones faciales, si se muestran vigilantes o alegres en los momentos apropiados.
El ganador fue un pequinés y se llama Wasabi: este perrito ganó el domingo de noche el premio al “Mejor del Show” en el concurso canino de Westminster, una famosa competencia de belleza canina en Nueva York, que este año se trasladó al bucólico pueblo de Tarrytown a raíz de la pandemia.
Tras un año de suspensión debido al covid-19, este año el show, en su 145ª edición, fue aplazado de febrero a junio. Y por primera vez fue trasladado del corazón de la ciudad de Nueva York a un campo en Tarrytown, a una hora al norte de la Gran Manzana.
El concurso fue celebrado sin espectadores, pero la pasión por el antiguo evento y sus estrellas -los perros- permanece viva.
Wasabi, de tres años, fue designado ganador entre un grupo de siete perros finalistas que incluía al bulldog francés Mathew, al viejo pastor inglés Connor, a Striker, un samoyedo (perros para trineos), y a Boy, un terrier blanco West Highland. El galgo Bourbon quedó segundo.
Un día antes de ganar la final, su propietario y adiestrador David Fitzpatrick -que ya ganó el premio “Mejor del Show” en 2012 con otro pequinés- celebró el “carisma, movimiento y teatralidad” de su perro. “Está en su mejor momento y luce espectacular”, añadió orgulloso en declaraciones al canal ABC.
Cómo son los pekinés
El pekinés es una de las razas de compañía más populares del mundo. Feo y contrahecho para algunos, pero su aspecto resulta cautivante y enternecedor para otros.
Ha tenido épocas de gloria, de extrema popularidad, logrando equilibrar una fama creciente, convirtiéndose en un clásico, sobre todo a la hora de elegir un perro pequeño, dilema de la sociedad actual, tan falta de espacio.
De un carácter especial, ha sido y apunta a seguir siéndolo uno de los mejores y más reconocidos embajadores del Oriente en nuestras tierras.
El origen del pekinés es particularmente antiguo y se cree que surge de un cruce entre el pai, perro de compañía muy antiguo de los emperadores chinos, y el terrier de Lasa. Esto último relaciona su nacimiento como raza con el Tibet.
Con una talla de entre 15 y 25 centímetros y un peso estimado entre cuatro y ocho kilogramos, la cabeza globosa, con un ángulo fronto-nasal profundo y la característica triple arruga en el ángulo del stop, le brindan a la raza un aspecto muy especial.
Su nariz es negra, ancha y muy corta correspondiendo a ella un hocico ancho, arrugado, plano y muy corto, situado entre los ojos y que se destaca lo menos posible de la cara.
El pelo largo, aplastado y recto, ni rizado ni ondulado, más duro que suave, con flecos abundantes en las orejas, extremidades, dedos y su cola provista de abundante penacho, son características distintivas de los buenos ejemplares, típicos de la raza.
Llevan una crin abundante, que forma un collar en la parte delantera del pecho. El pelaje es doble y se compone de un vello interior espeso, recto y suave, y de un pelo largo, no ondulado ni rizado, bastante hirsuto, formando crin y chorrera.
Es compañero, afectuoso y fiel con su amo, el pequinés es muy inteligente y bastante testarudo. De carácter poco expansivo, en general frío, con frecuencia es gruñón e incluso malo para los extraños. Por otra parte, este perro de compañía posee un gran valor e indiscutibles cualidades de guardián.
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