Muchas veces actuamos en la vida preguntándonos que podemos hacer desde nuestra cotidianeidad para defenderla en todas sus manifestaciones.
Sobre todo esta reflexión se profundiza al pensar en los animales a quienes ya se los reconoce claramente como seres sensibles, sintientes y sufrientes, considerados personas no humanas, sujetos de derecho en nuestra sociedad moderna.
Revisando algunos escritos encontré y adapté este listado que me pareció útil y actual para ordenar algunos pensamientos y poner en práctica acciones conducentes a mejorar nuestra realidad.
1- Manifestemos abierta y públicamente el rechazo a los espectáculos y demás actividades crueles donde se utilicen animales en desmedro de su vida o bienestar: como fiestas populares, caza deportiva, tiro al pichón, delfinarios, oceanarios, circos, tradiciones que involucren el maltrato a ellos, etc.
2- Si usamos cosméticos, antes de comprarlos asegurémonos de que no han sido probados con animales.
3- Nuestras compras influyen, deciden y hacen cambiar las cosas. Solicitemos a los comercios que vendan artículos que no hayan sido experimentados en animales, algo totalmente innecesario, pues existen nuevas y mejores alternativas.
4- No usemos pieles ya que es un lujo cruel e innecesario. Las pieles les pertenecen a los animales y no a nosotros. Hoy en día también existen muchísimas otras prendas que las reemplazan.
5- No compremos ni regalemos animales exóticos o silvestres. Así protegeremos su vida, preservaremos las especies y contribuyendo a respetar el medio ambiente.
6- Rechacemos los objetos y recuerdos que impliquen la muerte de animales silvestres, estén o no protegidos del peligro de extinción. Lo que importa verdaderamente es la vida de cada animal, puesto que todas ellas son irrepetibles.
7- Preocupémonos que nuestros alimentos de origen animal procedan de cría que contemple las reglas del bienestar animal y no de la denominada cría intensiva brutal, donde los animales son tratados y sacrificados como si fuesen simples máquinas u objetos. Los animales de consumo tienen también necesidades tanto físicas como psíquicas, que deben ser respetadas.
8- No compremos ni regalemos animales de compañía, como si fueran juguetes.
9- Reflexionemos sobre todos aquellos animales que, abandonados cruelmente, esperan una segunda oportunidad en los refugios. Así que, antes de comprar un animal, pensemos en ellos y en su futuro.
10- Recordemos que más que una lista de razas peligrosas de perros habría que hacer una lista de personas irresponsables. El perro no es más que el “instrumento” del que se vale el hombre para un fin determinado, en este caso, atacar o defender.
11- Mantengamos una actitud crítica con los zoológicos, sobre todo con los que tengan a los animales en auténticas prisiones y cuya principal finalidad sea la colección o el exhibicionismo. Violan su dignidad, son deformativos y antipedagógicos
Todo esto es simple de hacer. No es costoso y lo único que implica es un cambio de actitud de parte nuestra.
Por lo visto, hay muchas cosas que podemos hacer para modificar nuestra realidad y éstas son solo algunas de ellas.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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