¿Para qué voy a vacunar a mi perro y a mi gato de rabia si no hay rabia? Invierto los términos de la pregunta: por qué se vacuna los perros y gatos de una región, de un país, es que no hay rabia en esa región o ese país.
Porque es la única manera de prevenir una enfermedad que allá, por la mitad del siglo XIX, no tenía cura. Y ahora, en el siglo XXI, tampoco.
Si te muerde un animal con rabia, si tomas contacto con un murciélago y tenés una micro herida. Si tomás contacto con esos animales que pueden ser portadores del virus rábico, no te tratás y aparecen los signos y los síntomas de la enfermedad, te morís.
Porque no existe tratamiento para esta enfermedad, no existía allá en el siglo XIX, y no existe hoy en el siglo XXI.
Por lo tanto mucha gente puede decir, “no, pero yo no voy a vacunar al gato, si el gato no sale nunca a la calle y yo vivo en un séptimo piso”.
Esto es muy importante de que lo sepas claramente: ese gato se va a contagiar de rabia estando en un séptimo piso. ¿Sabés cómo evitarlo?: vacuná a tu perro y a tu gato todos los años, toda la vida del animal. Y chau rabia.
La rabia es una enfermedad viral infecciosa que una vez que ingresa al organismo “ataca” al sistema nervioso central y acaba siendo mortal en casi todos los casos una vez que se manifiestan los síntomas clínicos. Se trata de una de las llamadas “enfermedades desatendidas”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su reservorio natural es el murciélago y es a través de éste que ocurre el “nexo de contagio” con las especies de animales domésticos.
En abril del año pasado, en pleno aislamiento preventivo y obligatorio, una vecina de la localidad de Ezeiza consultó con la única veterinaria que se encontraba abierta en la zona derivada por la Dirección de Zoonosis de ese municipio debido a que había encontrado a sus gatos jugando con un murciélago que había caído en el patio de su vivienda.
Por suerte los gatos estaban vacunados contra la rabia recientemente, pero de todos modos se les indicó el protocolo de vacunación antirrábica y controles periódicos por 90 días. Si los gatos no hubiesen estado vacunados y el murciélago daba positivo el accionar en estos casos indicaba sacrificar al animal que estuvo en contacto.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
SEGUIR LEYENDO: