Los lobos grises ayudan a mantener bajo control las poblaciones de ciervos de América del Norte y, al hacerlo, pueden proporcionar un beneficio adicional para las personas: poner un freno a los accidentes entre ciervos y vehículos. En los condados de Wisconsin, donde se restituyeron las poblaciones de lobos, el número de choques de este tipo se redujo en cada área en un 24% en promedio, según el estudio Los lobos hacen que las carreteras sean más seguras, generando grandes beneficios económicos para la conservación de los depredadores, publicado recientemente en PNAS (Proceedings of the Nacional Academy of Science of the United States of America). Este hallazgo respalda la investigación ecológica que enfatiza el papel de los depredadores en la creación de un “paisaje de miedo”.
La economista Jennifer Raynor, junto con sus colegas Corbett A. Grainger y Dominic P. Parker, autores del estudio, analizó y comparó datos sobre poblaciones de lobos, poblaciones de ciervos y choques ocurridos en las rutas de 63 condados de Wisconsin entre ciervos y vehículos, entre 1988 y 2010.
“Cuando los lobos llegaron en las décadas de 1990 y 2000, las colisiones entre venados y vehículos se redujeron drásticamente”, sostuvo el ecologista Rolf Peterson, investigador del Tecnológico de Michigan.
Entre los hallazgos, la investigación encontró que en los 29 condados que tenían lobos, los depredadores que redujeron las poblaciones de ciervos contribuyeron a una reducción de alrededor del 6% en el número de colisiones ocurridas entre los vehículos y los ciervos. El resto de la disminución, propone el equipo, se debió a la presencia de los lobos cerca de las rutas, que utilizan como corredores de viaje, creando así un llamado “paisaje del miedo”, que mantiene alejados a los ciervos. Eso sugiere que los cazadores recreativos no replicarían el impacto de los lobos simplemente sacrificando la misma cantidad de ciervos, dicen los investigadores.
“Cuando se tiene a un gran depredador, impacta en el comportamiento de las presas”, aseguró Parker, economista de Recursos Naturales en la Universidad de Wisconsin, campus Madison. “Los lobos se valen de los rasgos lineales de un paisaje para usarlos de corredores de desplazamiento, tales como caminos, ductos y arroyos. Los ciervos aprenden esto y pueden adaptarse manteniéndose alejados”.
La reducción promedio de 38 colisiones de vehículos con ciervos por año en condados con lobos se traduce en un ahorro estimado de unos 10,9 millones de dólares anuales para todo el estado, detalló la investigación.
En comparación, el estado de Wisconsin pagó alrededor de 3 millones de dólares durante los últimos 35 años para compensar los daños causados por los lobos. Puede haber otros beneficios económicos no medidos por el estudio, como reducciones en el daño a la agricultura por los ciervos y en la frecuencia de la enfermedad de Lyme, agrega Raynor, de Wesleyan University en Middletown, Connecticut.
“Lo más interesante para mí sobre la elección de Wisconsin como estudio de caso es que este es un paisaje dominado por humanos”, comparte Raynor. Análisis similares podrían orientar las decisiones de gestión donde los hábitats potenciales de los lobos se superponen con áreas densamente pobladas, como en el noreste de los Estados Unidos, proponen los investigadores a cargo del estudio.
Los lobos grises, una de las primeras especies protegidas por la Ley de Especies en Peligro de Extinción de 1973, fueron reintroducidos al Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, en 1995. Pero, en otras regiones de ese país los lobos grises se han dispersado de manera natural. Ahora su población en Estados Unidos es de unos 5.500 ejemplares.
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