Actualmente, unos 7900 millones de seres humanos viven en el planeta Tierra, acompañados de trillones de insectos y animales. Un estudio realizado en Australia intenta dar cuenta de la cantidad total de aves individuales que hay en el mundo.
La investigación, dirigida por Corey T. Callaghan, Shinichi Nakagawa y William K. Cornwell, del Centro de Ciencias de los Ecosistemas, Facultad de Ciencias Biológicas, de la Tierra y del Medio Ambiente UNSW en Sydney y del Centro de Investigación de Ecología y Evolución, de la Facultad de Ciencias Biológicas, Terrestres y Ambientales, también en Sydney, se basó en big data y llegó a la conclusión de que hay aproximadamente 50.000 millones, aproximadamente seis aves por cada ser humano en el planeta.
“Concluimos que hay muchas especies raras, destacando la necesidad de continuar refinando las estimaciones de población global para todos los taxones y el papel que los datos de ciencia ciudadana global pueden jugar en este esfuerzo”, sostuvieron los autores del paper.
¿Cómo se realizó la investigación?
El estudio utilizó datos de ciencia ciudadana global y estimaciones de expertos. Los investigadores reunieron los avistamientos de unas 1000 millones de aves registrados en eBird, una base de datos online de observaciones de aves realizadas por unas 600.000 personas, y estudios de casos realizados por otros investigadores. Luego, desarrollaron un algoritmo para estimar la población mundial real de cada especie de ave. El equipo examinó alrededor de 9700 especies de aves, incluyendo las no voladoras, como los pingüinos y los emús.
De acuerdo a la investigación, las cinco especies de aves más abundantes del mundo son:
- Gorrión común (1600 millones)
- Estornino europeo (1300 millones)
- Gaviota de pico anillado (1200 millones)
- Golondrina común (1100 millones)
- Gaviota glauca (949 millones)
En cambio, entre aquellas aves de las que hay menos cantidad, se encuentran los kiwis: solo 3000.
Corey Callaghan, autor principal del estudio, dijo a través de un comunicado: “Cuantificar la abundancia de una especie es un primer paso crucial en la conservación. Al contar correctamente lo que hay, aprendemos qué especies pueden ser vulnerables y podemos rastrear cómo estos patrones cambian con el tiempo; en otras palabras, podemos comprender mejor nuestras líneas de base“.
Asimismo, los investigadores comentaron: “Es importante destacar que nuestro método es repetible y escalable: a medida que aumenta la cantidad y la calidad de los datos, aumentará nuestra precisión en el seguimiento de los cambios temporales en la biodiversidad global. Además, proporcionamos el modelo metodológico para cuantificar la abundancia específica de especies, junto con la incertidumbre, para cualquier organismo en el mundo”.
Además, los investigadores encontraron que muchas aves australianas se cuentan por millones, como el loro arcoíris (19 millones), la cacatúa de cresta de azufre (10 “Es el primer esfuerzo integral para contar un conjunto de otra especie que no sea la humana”, compartió Cornwell.
Este cálculo tuvo en cuenta la “detectabilidad” de cada especie, es decir, la probabilidad de que una persona haya detectado esta ave y enviado el avistamiento a eBird. La “detectabilidad” puede incluir factores como su tamaño, color, si vuelan en bandadas y si viven cerca de las ciudades.
“Si bien este estudio se centra en las aves, nuestro enfoque de integración de datos a gran escala podría actuar como un modelo para calcular datos específicos de especies para otros grupos de animales”, agregó Callaghan.
Según los expertos, el conjunto de datos del estudio incluye registros de casi todas las especies de aves actualmente vivas, un 92 %.
La observación de aves es una afición popular que se remonta a finales del siglo XVIII. La creciente popularidad de las aplicaciones y sitios web de los científicos ciudadanos ha convertido la observación de aves en una forma accesible de comprometerse con la ciencia.
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