La comunicación, en los tiempos que corren, es muy importante. Tanto lo ha sido y lo es para el ser humano que ha diseñado e inventado una parafernalia de aparatos con el sólo y mero objetivo de comunicarse entre los de su especie. La fiebre de la comunicación nos invadió aunque las más de las veces nos comunicamos sin una clara necesidad o sentido.
El perro, por supuesto, no inventó nada nuevo al respecto pero sin duda comunicarse, para él, es cosa de vida o muerte y por eso posee, naturalmente excelentes receptores y emisores. Los mensajes emisores son los tonos y sonidos que propala. Las estructuras receptoras son los oídos que perciben.
Mientras que la abismal diferencia entre el olfato humano y el del perro pone a éste último a más de un millón de veces por encima del hombre, si hablamos del oído la diferencia estriba en las frecuencias de los sonidos que percibe y en cómo el cerebro canino responde.
Los perros nacen sordos, con sus oídos sellados y con sus orejas inmóviles. A las dos semanas se abren sus oídos y al mes de vida ya poseen un oído fino, que discrimina y jerarquiza sonidos como lo hacen de sus ancestros lobos.
Comparado con nosotros, los perros tienen un sentido del oído muchísimo más fino, mejor y enormemente más desarrollado. El sonido se transmite a través de ondas, cuya frecuencia de vibraciones se mide en unidades llamadas hertzios (Hz). El espectro auditivo del ser humano es entre 20 y 20.000 Hz., mientras que el de los perros, es entre 20 y 65.000 Hz. Por eso muchos perros se sienten molestos cuando encendemos algún aparato electrónico, para nosotros silencioso, y que para ellos emite algún sonido molesto inaudible para el ser humano.
Por otra parte, además de percibir frecuencias inaudibles para nosotros, los perros tienen un sentido del oído más agudo que el nuestro, y perciben sonidos muy débiles inaudibles para los humanos. Son capaces de detectar un sonido en su cerebro a solo seis centésimas de segundo de percibido utilizando los músculos de las orejas para enfocar canalizando el sonido. Por ejemplo, pueden oír una tormenta que esté ocurriendo a 10 Km. de distancia, lo que es imposible para nosotros.
Esta agudeza auditiva de los perros los hace muy apreciados como guardianes y pastores pues pueden escuchar una orden a gran distancia cuando están cuidando o arreando ovejas o vacas. De estas cualidades surge la utilidad de los silbidos con chifle especial usados por los adiestradores de arreo y los famosos silbatos ultrasónicos para perros, muy populares antaño.
La cualidad auditiva especial de los perros explica que a veces un perro ladre o se muestre inquieto sin una razón aparente. Nosotros no percibimos nada, no vemos nada, y unos minutos más tarde alguien llama a la puerta.
Muchos hemos pensado, alguna vez, que nuestro perro tiene un sexto sentido porque es capaz de adivinar a la distancia cuando alguien conocido llega a casa. Es cierto que muchos perros dan muestras de alegría mucho antes de que alguien de su entorno amado llegue a casa a pie o en auto. Esto no es percepción extrasensorial, sino capacidad de captar el sonido diferenciado de pasos, capacidad de memorizar los motores de los autos propios y ajenos y sumarle a ello la exquisita discriminación de olores. Primero percibe sonidos y olores y luego reacciona. Mientras tanto el pobre ser humano no se enteró de nada.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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