Los felinos obtienen mucha información de sus congéneres a través del olor. Estos mensajes son muy completos y eficaces. Muchas veces, caminando por la calle, nos ha atrapado tanto la colonia de alguien que pasaba y quedamos prendados de ese olor. Oras veces, hemos realizado juicios a priori cuando una persona huele muy bien o al revés.
Pensamientos del estilo: “Qué limpia es esta chica”, “qué hermoso aroma , debe ser de tal o cual” son equivalentes a lo que un gato puede percibir a través de su “mundo de olores”.
A través de los olores y de unas sustancias que se llaman feromonas, los felinos logran comunicarse entre ellos y pretenden hacerlo con nosotros. Las feromonas son unas sustancias que esparcen los gatos para “hablar” entre ellos.
Las feromonas son capaces de modificar algunos aspectos fisiológicos y conductuales del felino que las recibe y, además, pueden servir para determinar el territorio de un gato y actúan sobre su comportamiento sexual y social. A través de las feromonas se puede aceptar o rechazar a un individuo o a una situación.
El término feromonas fue creado por el bioquímico Peter Karlson y el entomólogo Martin Lüscher en 1959, a través de dos palabras griegas: “pherein”, que significa “transportar”; y “horman”, que significa “excitación”. Las sustancias que más feromonas tienen son la orina, las heces, el flujo vaginal y la secreción de las glándulas de la cara.
Los gatos no perciben las feromonas por el canal olfativo regular, sino que lo hacen a través del órgano vomeronasal, altamente desarrollado en ellos y muy atrofiado en los humanos.
Un gato levanta la cabeza, abre un poco la boca y se para durante pocos segundos frente al estímulo. Ese será el tiempo justo para que la información que retienen las feromonas como respuesta ante el estímulo sea interpretada y transmitida al cerebro por el órgano vomeronasal, que se posiciona tras el arco incisivo.
Si vemos a nuestro gato quieto en un rincón con la boca medio abierta, sabemos que está recolectando información. Los humanos somos incapaces de oler, interpretar o intuir estas sustancias químicas.
El hombre puede oler la orina del gato macho y sus heces, pero no tiene la capacidad de extraer la información que ambos contienen gracias a las feromonas. Por lo tanto, son una vía de comunicación única e intraespecífica en la especie que la emite.
Gracias a los avances científicos, se ha conseguido sintetizar en un laboratorio a esta hormona y producirla en cantidad para utilizarla en el tratamiento y en la prevención de algunos problemas de comportamiento de los gatos.
Esto es un gran avance porque las feromonas reducen la ansiedad y el estrés en los felinos pretendiendo controlar exitosamente el marcaje o los momentos en los que se excita en exceso, mientras juega utilizando productos médicos que las contengan.
También, las usaremos en su beneficio porque les ayudará a pasar el mal trago del viaje en las jaulas de transporte, los largos trayectos en coche o las odiadas visitas al veterinario. Un recurso más que importante para utilizar en los gatos a través de difusores ambientales o aerosoles. Todo un descubrimiento revolucionario la acción y la síntesis de las feromonas felinas.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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