Muchas personas que buscan la compañía de un perro se sienten solas por algún motivo y confían en que esta mascota cariñosa y juguetona pueda mejorarles el estado de ánimo.
Para el científico Frank Nestmann esto no es en absoluto una idea descabellada. “No hay duda de que las personas que tienen animales de compañía son menos solitarias”, aseguró el especialista, que forma parte de un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Dresde, en Alemania, que estudia la relación entre los animales y los humanos.
Las mascotas estructuran la vida cotidiana. Según Nestmann, estos son una buena compañía y dan alegría. “Pero, sobre todo, estructuran la vida cotidiana, porque el animal debe ser alimentado y recibir cuidados”.
“De esta manera, la persona se siente útil y eso, a su vez, aumenta la propia autoestima”, señaló Nestmann.
También para Annette Rost, de la Asociación Protectora de Animales de Berlín, es muy enriquecedor que una persona solitaria conviva con un animal doméstico. Esta idea surge ahora con mucha frecuencia durante la pandemia de coronavirus.
Rost reveló que una gran cantidad de refugios, sobre todo los más pequeños, dieron muchos animales en adopción al comienzo de la pandemia de coronavirus.
La demanda aumentó en tiempos de pandemia
Uno de los refugios de animales que ha tenido una gran demanda se encuentra en la localidad de Fulda Hünfeld, en el centro del país. “Ha aumentado sobre todo la demanda de gatos”, detalló su directora, Eva-Maria Stollberg.
Según Petra Karolewicz, una experta en felinos, esto se debe a que mucha gente piensa que los gatos son más fáciles de criar que los perros.
“Pero esto no es cierto, especialmente, si se mantiene un gato exclusivamente adentro de un apartamento”, destacó la experta de la consultora Catissimio en la ciudad de Hamburgo.
La mascota necesita algo más que comida, agua y visitas regulares al veterinario. “Los dueños deben satisfacer las necesidades de ejercicio, de juego y aventura del animal”, subrayó Karolewicz. De lo contrario, agrega, pueden surgir problemas de comportamiento, enfermedades o incluso depresión.
Rost coincide con esta afirmación. El dueño del animal doméstico también tiene que considerar los costos veterinarios y quién se encargará de cambiar el arenero del gato en el caso de las personas mayores.
La hormona de la unión
Aunque Nestmann es reacio a comparar el vínculo entre humanos y animales con la relación que se entabla entre personas, considera que hay un fenómeno similar al vínculo entre madre e hijo: también se libera una hormona de unión cuando una persona cuida de un animal.
Además, el hecho de acariciar y entretenerse con un animal es beneficioso para la salud, por ejemplo, en el caso de un adulto mayor que no tiene otras posibilidades de experimentar la cercanía y el afecto de otra persona.
¿Pero sustituye esto la cercanía de otro ser humano? “¡Sí y no!”, responde Karolewicz. “Seguramente hay gente que siente eso. Mientras esa persona y el animal se sientan cómodos de esta manera, está bien”, subrayó.
No tratar a los animales como a los humanos
Rost, sin embargo, remarcó que es importante respetar las necesidades del animal. Debe ser tratado como un animal y no como un ser humano.
“Después de todo, un gato sigue siendo un gato y un perro sigue siendo un perro. Y sería triste si alguien tuviese como único contacto social a su mascota”, añadió.
Sin embargo, la protectora de animales agrega que justamente un animal de compañía puede promover la comunicación interpersonal. Cuando se pasea con el perro se entra mucho más rápido en contacto con otras personas que cuando se camina solo.
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