Para hablar de antiespecismo es necesario comprender primero qué es el especismo. Según Richard Ryder, psicólogo, filósofo y activista por los derechos de los animales, quien acuñó el término en 1970, el especismo es la “discriminación o explotación de ciertas especies animales por los seres humanos, basada en la presunción de superioridad del género humano”.
Podemos afirmar, entonces, que el especismo es un tipo de opresión que ejerce la especie humana sobre otras bajo su control y se pone en evidencia a partir de las justificaciones que se hacen sobre el uso del resto de los animales en todos los ámbitos. Por lo tanto, ¿qué es el antiespecismo? La postura política contraria, que promueve la liberación animal y apela a contemplar a los animales como seres sensibles que sufren de la discriminación, explotación y el dolor injustificado.
“Es urgente identificar a los animales como sujetos políticos de derecho y uno de los primeros pasos para alinear esta idea con nuestras prácticas es dejándolos fuera de nuestra alimentación. El antiespecismo es lo que le da sentido al veganismo”, explica Jacqueline Guzmán, gerenta de Campañas de Million Dollar Vegan en Argentina, organización internacional sin fines de lucro que busca crear conciencia sobre cómo la cría y el consumo de animales afectan el medio ambiente y la salud humana.
Planeta en peligro
La ganadería industrial ejemplifica una de las formas más crueles del especismo. Es el proceso altamente intensivo e industrializado de cría y matanza masiva de animales, quienes son obligados a vivir en espacios limitados, oscuros, sin alimento suficiente, con el único objetivo de producir la mayor cantidad de huevos, leche o carne. Esto hace a las granjas industriales ambientes propicios para la aparición de enfermedades zoonóticas que afectan a los seres humanos, como el COVID-19, que tiene al mundo en jaque hace 2 años.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura especificó en un informe que la ganadería emite el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los seres humanos.
A esto se le suma que el estiércol de los animales de granjas, que se desecha en exceso en la tierra donde se filtra al nivel freático y contamina ríos, lagos y océanos, contiene óxido nitroso y metano, con un potencial de calentamiento global 265 veces mayor y 28 veces mayor, respectivamente, que el dióxido de carbono.
Por lo tanto, desde Million Dollar Vegan invitan a cuestionar aquellas prácticas culturalmente arraigadas, donde los animales son “máquinas no sintientes” y comprender el sufrimiento animal es necesario para dejar atrás un pensamiento individual y apostar a un compromiso colectivo, con nuevos hábitos de consumo que protejan a los animales, al planeta y la salud de toda la población.
Es hora de darle espacio a nuevas estructuras, que rompan con el sistema de desigualdad y discriminación actual y permitan a la sociedad transitar un camino de respeto y compasión.
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