El Ragdoll, es el resultado de un cruce entre una gata de Angora y un gato Sagrado de Birmania, pareciéndose mucho al birmano, pero con un cuerpo más pesado y sin los consabidos “guantes” blancos de éste.
Tienen un pelaje largo o semilargo, con ojos ovalados azules, cabeza ancha y grande, cuerpo blanco o de color claro, con orejas, patas, cara y cola de un color más oscuro. La máscara y los extremos pueden ser de color chocolate, foca, azul o lila.
Las variedades incluyen el ragdoll bicolor, de capa pálida con manchas en la máscara y extremos oscuros (de color foca, chocolate o lila), y la parte inferior blanca; el ragdoll de máscara de color, con extremos de los mismos colores; y el “mitted” ragdoll, que es similar al máscara de color, pero con las patas delanteras blancas. El pelo es espeso y largo, pero no tanto como una raza pelilarga.
El mito popular dice que la raza es originaria de una gata persa blanca, que quedó paralítica cuando la atropelló un coche. Estas circunstancias son genéticamente inaceptables (lo adquirido de esa forma no tiene posibilidades de ser transmitido a generaciones futuras), y por lo tanto esta característica se debería a la marcada cría selectiva que ha dado como resultado este gato.
Es una raza de gato grande, pueden pesar de 5 a 8 kilogramos, incluso algunos machos llegan a pesar 10 kilogramos. Está incluida entre las razas de gatos domésticos más grandes y pueden crecer hasta los 4 años de edad. Es una raza muy especial, que se afloja totalmente cuando se la levanta del suelo.
La principal característica física de los gatos Ragdoll o “muñecas de trapo”, es su bajo tono muscular y la gran flexibilidad que poseen, que hace que puedan tomar posiciones increíbles y estirarse como unos acróbatas gatunos.
Ese aspecto flojo y relajado, de “ragdoll” (muñeca de trapo), es el que le ha dado el nombre a la raza. La postura típica del ragdoll es echado de costado y completamente relajado. Cuando un gatito ragdoll te abraza o se te tira encima, uno puede sentir que es como un muñeco de peluche, porque al relajarse su cuerpo expresa liviandad y suavidad.
Además tiene un carácter muy tranquilo, por lo que es el ideal para vivir completamente dentro de la casa. El dueño perfecto y deseable es una persona que sepa satisfacer las necesidades de tranquilidad y cierta protección de este gato para saber disfrutarlo durante mucho tiempo.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
SEGUIR LEYENDO: