En febrero de este año, una grave enfermedad neurológica denominada mieloencefalopatía por herpesvirus provocó la muerte de 2 caballos que se encontraban compitiendo en un evento ecuestre internacional en el que participaban 752 animales en Valencia, España. Rápidamente, se determinó que la causa de dicha enfermedad era la infección con un virus herpes -conocido desde hace muchísimos años- el Herpes Virus Equino 1 (HVE-1) también denominado en el ambiente veterinario como virus de la Rinoneumonitis o la Rino, simplemente. Desafortunadamente en este caso, previo a determinar la naturaleza infecciosa (altamente contagiosa) del problema, muchos caballos fueron transportados a sus lugares de origen y la enfermedad se diseminó a varios países.
Los caballos de alta competencia son atletas viajeros internacionales, muchos de ellos olímpicos, y son el principal eslabón de una verdadera industria de mano de obra intensiva de alto impacto económico. Estos hechos, determinaron que la Federación Ecuestre Internacional (FEI) cancelara todos los eventos hípicos internacionales en Europa continental hasta el 28 de marzo y más recientemente, luego de una nueva evaluación epidemiológica de la situación, prorrogara estas medidas por dos semanas adicionales.
La situación actual
La enfermedad que ha sido descripta como “el brote mas serio de HVE-1 visto en Europa en décadas” ha provocado la muerte de 12 caballos, 2 en el centro ecuestre de Valencia, 6 en un hospital veterinario de esa ciudad, 2 en Barcelona y 2 en Alemania. Este número ha aumentado en los últimos días, con 2 caballos murieron en el hospital de equinos de la Facultad de Veterinaria de Liege (Helene Amory, comunicación personal) y 2 en Caen, Francia (Stéphane Pronost, comunicación personal). Asimismo, la enfermedad ha sido confirmada en 8 países: España, Francia, Italia, Bélgica, Alemania, Qatar, Suecia y Suiza.
Si bien se determinó muy rápidamente que la enfermedad neurológica que estaba afectando los caballos era debido a la infección por HVE-1, su virulencia, la elevada morbilidad y mortalidad sin precedentes observada en el presente brote hizo pensar a los especialistas que se trataba de un nuevo biotipo del virus. Esta hipótesis finalmente quedó desestimada el 14 de marzo de 2021, cuando científicos de la Universidad de Ghent Bélgica comunicaron los resultados obtenidos de la secuenciación completa del genoma del virus actuante.
Estos resultados indican que se trata de HVE-1 con características muy similares a los previamente descriptos en Bélgica y otros lugares del mundo. Las razones que provocan esta manifestación atípica, muy exacerbada, de la enfermedad, continúan siendo motivo de análisis.
El HVE-1 es un virus muy difundido en la población equina del mundo que se perpetúa en los animales infectados mediante un mecanismo conocido como “latencia” con reactivaciones periódicas (multiplicación de virus en el epitelio respiratorio). Este virus respiratorio, detectado en Argentina en otras ocasiones también produce abortos en yeguas preñadas y “ocasionalmente” (hasta los acontecimientos motivo de esta comunicación) una enfermedad neurológica.
No es posible predecir si un brote de estas características podría desencadenarse en Argentina, donde la industria hípica tiene una embergadura de nivel internacional y es un eslabón económico significativo. Las autoridades sanitarias nacionales, el SENASA, las instituciones relacionadas como la Asociación Argentina de Veterinaria Equina (AAVE), la Cámara Argentina de la Industria Hípica (CAMINE), los veterinarios especialistas en equinos y toda la comunidad relacionada a la industria del caballo han sido debidamente informados para que se tomen las medidas de prevención adecuadas que incluyan medidas cuarentenarias estrictas en el caso de importaciones (muy esporádicas desde Europa) y, principalmente, medidas de manejo (evitando maniobras estresantes para los animales que favorecen la reactivación del HVE-1 latente), de higiene y bioseguridad como las que deben ser aplicadas en todas las enfermedades infecciosas.
Para concluir, si bien este virus no afecta al hombre (es decir, no es una zoonosis), posee un alto impacto negativo para las actividades que tienen al caballo como protagonista.
(*) La autora, María Barrandeguy, MV, PhD, es profesora titular de Enfermedades Infecciosas de la Escuela de Veterinaria de la Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias de la Universidad del Salvador e Investigadora del Instituto de Virologia del INTA Castelar
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