En muchísimos casos, una interpretación inadecuada o falsamente comprendida de las señales que envía nuestro can, en “idioma perro”, puede llevarnos a la aparición de reacciones no buscadas, al no entender su comunicación corporal.
Siempre que llega un estímulo externo cualquiera se produce una reacción en el perro. Esta puede ser de miedo, de rechazo, de excitación, etc.
Los perros reaccionan frente a cada estímulo en forma diferente mediante las llamadas señales de calma. Estas señales no solo responden a estímulos del ambiente sino que también se usan para comunicarse y relacionarse entre pares calmándose a sí mismos o a los otros.
Si nuestro perro trata de comunicarse con nosotros y al no entenderlo no le respondemos dejará de intentarlo y nos estaremos perdiendo la maravillosa oportunidad de relacionarnos con la especie animal más cercana a la nuestra.
¿Todos los perros saben hablar el mismo el “idioma”?
Todos los perros conocen este lenguaje de las señales de calma que es algo así como el “idioma” de su especie y lo usan como un sistema de comunicación con nosotros y con sus pares. No todos los perros utilizan todas las señales. El repertorio está pero algunos prefieren determinadas señales dependiendo esto del tipo de peroren cuestión.
¿Los perros van a la escuela?
El aprendizaje del perro comienza inclusive, aunque nos sorprenda, cuando está en el propio vientre de la madre. Sabido es que las hembras caninas preñadas estimuladas con determinado refuerzo apetitivo (salchicha, pollo, etc.) para la realización de determinada prueba le “transmiten” esa preferencia a sus crías que son capaces manifestarlo luego de nacer.
Luego ya desde el nacimiento comienza una larga ruta para aprender el idioma de su especie y esa “escuela”, ese aprendizaje, llega hasta los tres meses de vida. En este período, el perro aprende el lenguaje corporal, sonoro y de actitudes que usará durante toda su vida.
Su madre y sus hermanos son quienes mediante el mecanismo de prueba y error actúan como sus maestros. Ese traspaso generacional específico viene desarrollándose calcado desde hace miles de años y expresa en la perfección de la transmisión la garantía de su éxito.
Pero, en el medio, interviene el hombre que puede reforzar el aprendizaje o desaprovecharlo con las consecuencias en la conducta futura que se concretan en accidentes y fallos en el comportamiento del perro.
Entonces, el período más importante para el aprendizaje del lenguaje, entre otras muchas cosas, es la socialización del cachorro, período que transcurre entre las tres semanas y los tres meses de vida.
La separación apresurada del cachorro puede traer consecuencias graves, como la falta de pautas de conducta social.
No obstante, pueden aparecer otras consecuencias negativas, como la falta de inhibición de la mordida, el miedo o el estrés habitual.
Por lo tanto, aunque “de fábrica” todos los perros estén capacitados para hacerlo, no todos serán capaces de interpretar y reconocer correctamente las señales de calma cómo por ejemplo el caso del destete prematuro o el aislamiento del cachorro, habitual en perros de refugio.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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