Más allá de cómo se percibe el entorno y la realidad en cada caso están los intereses de cada especie son distintos y especiales.
Los intereses mueven la vida y determinan el comportamiento de una especie y dentro de ella de los individuos que la componen.
Los lobos tienen intereses de lobos, específicos para ellos que podríamos definir como los recursos por los cuales luchan en la vida.
Los lobos tienen recursos por los que mantienen una puja o lucha permanente en la naturaleza.
Estos recursos o intereses son aquellos por los cuales la vida se transforma en una puja: el alimento, el agua, la pareja, el lecho o lugar de descanso y el individuo favorito de la manada.
Todo ello puede también resumirse en gran parte como la importancia y el alcance del territorio que maneja o domina una manada y por carácter transitivo directo su líder.
Los perros heredaron estos intereses y le agregaron alguno más.
En los perros aparece el juguete como un interés primordial que hay apreciar, cuidar y defender.
Los perros juegan en cualquier etapa de la vida mientras que los lobos sólo juegan de cachorros.
Los lobos, cuando son adultos, deben comportarse como “señores muy serios” ya que tienen que ocuparse clara y primordialmente de la supervivencia cotidiana.
No pueden “perder el tiempo” en la parodia de la vida real: el juego.
Deben vivir en serio, deben trabajar en el cuaderno de clase.
No pueden trabajar en el cuaderno borrador por que la supervivencia no les da tiempo para pasarlo luego en limpio.
No hay ni tiempo ni oportunidad de hacerlo.
De esta forma los perros son muy parecidos en su temperamento a los de lobos jóvenes.
A esta condición de conservar formas, características y acciones vinculadas con comportamientos infantiles en la adultez, se la llama: neotenia y los perros son, sin duda, la especie campeona de la neotenia.
Por su cualidad de ser marcadamente neoténicos, además de ser seres altamente sociales y gregarios se tornó posible y hasta relativamente fácil el proceso de la domesticación, siendo el perro la primera especie animal que accedió a ella.
También el adiestramiento y el entrenamiento del perro como especie se facilitan por esa condición.
Si uno quisiera abundar en la definición y comprensión de esta particularidad podría jugar con la imaginación y volando con ella visualizar una pareja de lobos caminando del brazo por una calle cualquiera y si los lobos hablaran dirían al cruzarse con una pareja de perros adultos : “Mira esos dos no salieron nunca de la edad del pavo”.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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