La primera pregunta debería ser: ¿quiero verdaderamente tener un animal de compañía en este momento de mi vida? Esta es la premisa fundamental ya que de las ganas surge el empeño, la dedicación, el conocimiento y el amor para cuidarlo en el tiempo. No siempre el animal llega al hogar en el momento deseado.
Muchas veces lo aceptamos por compromiso, por el ruego de nuestros hijos, etc. El no estar convencidos ya sea por la oportunidad, por las condiciones de nuestro ambiente, por nuestra situación de vida o ya sea la mera y simple convicción de no querer hacerse cargo atentará con seguridad contra el éxito de nuestro vínculo.
Esa falta de ganas es el camino más directo a un futuro incierto del animal o a la desconsideración de sus reales necesidades. Lo más probable es que el animal, el que menos culpa tiene, termine, en el mejor de los casos, pululando de casa en casa en una suerte de abandono itinerante inmerecido.
Tener la certeza de que quiero tener un animal de compañía y saber para que lo quiero tener permitirá conocer cuál es el mejor para adoptar y si este es el momento adecuado para tenerlo.
¿Tendré suficiente tiempo para dedicarle?
Un animal necesita tiempo y dedicación. Es un ser vivo para el que nuestra presencia, en todo sentido, es fundamental. Se trata de un ser vivo, sensible y suficiente. No es una cosa que se mueve por sí sola. Sus propias necesidades consumen tiempo y nosotros somos los tenedores responsables los que las tenemos que satisfacer.
Los perros deben realizar paseos diarios, necesitan explorar, “chusmear” a sus vecinos perros, además descargan de esa forma la energía cinética contenida como consecuencia de habitar espacios reducidos y su consecuente falta de ejercicio y distracción.
Los perros y los gatos necesitan afecto y juego. En suma tiempo nuestro dedicado a ellos.
¿Puedo tenerlo donde vivo?
Es necesario tener el espacio suficiente para que el animal manifieste su conducta natural sin problemas. ¿Tengo el espacio suficiente para la mascota elegida? Esa es la pregunta que permitirá saber el tipo de animal a elegir.
Aunque el espacio puede ser compensado por el tiempo que le dediquemos a través de los paseos y los juegos.
Conocimiento: a la hora de elegir y adoptar un animal de compañía es necesario asesorarse sobre sus características temperamentales, físicas, las necesidades alimenticias, etc. Saber más sobre nuestro futuro compañero nos permitirá comprenderlo mejor y llegar a la elección correcta.
¿Puedo mantenerlo?
Un perro o un gato generan gastos y es éste un factor a tener en cuenta a la hora de adoptarlos. Aunque parezca cruel y discriminatorio, es necesario tener el mínimo recurso para atender las necesidades de los animales que adoptamos.
Sin duda, ese gasto será incomparable al lado de las satisfacciones que nos darán a diario, pero lo serio es considerarlo claramente en el momento de la decisión.
Ganas, tiempo, espacio, conocimiento, dinero, y sobre todo amor, son las condiciones estrictamente necesarias para garantizar una adopción responsable de nuestros animales de compañía, un amigo que sin pedir nada dará todo por nosotros.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero. @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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