En la feria, en el barrio, en el vecindario, en los lugares donde se encuentran esos muchachos que saben se corre una voz que las doñas han transformado en palabra santa.
La voz que se corre es que el doberman, es un perro que con el tiempo pierde el olfato y desconoce a su dueño, y si supera “esta dura prueba” pareciera que el cerebro le crece más rápido que el cráneo y entonces la presión del hueso sobre la maltrecha sustancia gris lo vuelve loco, le causa dolores, lo hace agresivo, tremendamente agresivo, al punto de estallar.
Como si esto fuera poco agreguemos el comentario que supuestamente ven mal de noche y desconocen a los dueños en esas horas pudiendo atacar.
Difícil luchar contra los mitos populares según los cuales las botellas llenas de agua pueden evitar que los perros marquen territorio y levanten la pata en la puerta de nuestra casa aunque jamás se haya comprobado nada al respecto.
Un imaginario popular donde son más fuertes las creencias que las evidencias y dónde los cantores muertos perfeccionan su voz con el tiempo, pero sin embargo las evidencias son claras a favor de nuestro amigo doberman:
No hay perro que pierda el olfato de ese modo, ni que se vuelva agresivo por que le crezca el cerebro sin correlación con el cráneo, ni que pierda o disminuya la visión por la noche porque si eso ocurriera la raza, la especie ya hubiera desaparecido.
Por el contrario el doberman, como muchos otros perros, por capricho estético del ser humano ha debido sucumbir a las modas y preferencias estéticas pagando con su cuerpo a través del corte de cola y de orejas un precio que nadie sabe quién puso.
El corte de cola y de orejas, dos operaciones sin sentido y verdaderamente mutilantes que la racionalidad se ha encargado de ir haciendo perder o desaparecer a través del tiempo.
Quédese tranquilo y si le da la gana, dese el gusto tenga un doberman, no se pierda la oportunidad de tener un compañero fiel y amante. Si no me cree, camine por el barrio y pregúntele a un muchacho que sepa.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero. @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
SEGUÍ LEYENDO: