Como profesional, la vida me ha premiado magníficamente con la posibilidad de ver y de asistir a un sinnúmero de partos de mis pacientes animales y lo que es más maravilloso de mis cinco hijos.
A pesar de tantos partos vistos y atendidos, nunca, jamás, me acostumbré al hecho.
Es el día de hoy que no logro desentrañar el misterio de esas naricitas que comienzan a respirar ahora y que hace unos segundos apenas estaban dependiendo de otra vida que ahora mira azorada la llegada de este nuevo ser que le pertenece.
Y la verdad, me parece bien que me queden esas dudas y más aún que cada día tenga más y más dudas sobre estos hechos maravillosos.
Así me siento mucho más cerca de lo incomprensible, de los misterios, de lo mágico, en suma de esa cuota de hechos de difícil entendimiento que nos acercan a la humanidad débil y terrenal, esa de la que a veces hablamos, por la que a veces peleamos y de la que las más quedamos boquiabiertos con sus acciones y pareceres.
Pensar que todo está organizado en un código binario, como el de la informática.
Pensar que este código surgió como sistema de la vida hace tres mil seiscientos millones de años y que la informática es apenas un invento del siglo XX.
Pensar que somos todos parientes en mayor o en menor grado porque estamos todos organizados de la misma forma y bajo el mismo sistema.
Pensar que aquellos terneros que ayudaba a nacer en el campo de la pampa argentina, tenían toda la perfección del misterio de un organismo superior.
Lo mismo que esos cachorros que llorando surgían del vientre de su madre en la noche desvelada de alguna casa en la zona suburbana de una gran ciudad. Es que la perra es una madre excepcional.
Cuando está por parir su conducta se hace rara y distante. Comienza a vagar, hurgueteando diferentes lugares para elegir un nido donde tener a sus cachorros. Jadea incansable e incesantemente. Gime y está como desorientada, sobre todo si es primeriza.
Las mamas están henchidas de leche y rebosantes son un signo premonitorio de lo que está por venir. De pronto todo el organismo se conmueve. El vientre se contrae de una manera semejante a cuando el animal va a vomitar o a defecar. Un lamido nervioso de la vulva permite pronosticar el suceso.
Toda la prensa de la panza se contrae una y otra vez y de repente surge por la vulva una masa brillante que no es otra cosa que el primer cachorro cubierto por las bolsas de protección.
La madre lo lame y lo mordisquea suavemente liberándose así de las bolsas y envolturas. El rito continúa con el cordón umbilical que se corta estirándose y luego macerándose entre los molares.
Luego, en general, se produce el alumbramiento, que es la eliminación de las bolsas y placenta que rigurosa y metódicamente comerá para evitar la tentación de otros predadores que en el living o en la cocina de casa no están.
Pero no importa, se trata del rito de la vida y hay que cumplirlo como quién está poseído por un espíritu ancestral que le dicta cada uno de los precisos y sistematizados pasos de un proceso perfecto y coordinado al segundo.
Esta es precisamente la sensación que siente cualquier observador de un parto de perra medianamente pensante, aunque suene a cuento uno parece estar frente a alguien poseído por los ancestros que le dictan la conducta a seguir.
Así siguen los cachorros uno tras otro, y mágicamente cuando el último nace, la madre, a quien nadie le avisa esa circunstancia y que no sabe contar, cambia su actitud hasta ahora con cierta displicencia e indiferencia, por una disposición plena al cuidado de los cachorros y una dedicación a la limpieza y lamido de los cachorros.
Así se renueva el milagro, en millones de perros nacidos, de los cuales algunos me ha tocado ver y atender y juro y perjuro que todos han logrado arrancarme lágrimas de emoción y de asombro, inclinándose ante el supremo misterio de la vida.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero. @drromerook es médico veterinario, especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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