“Justificar el envío de los fondos a la Argentina”. Los correos electrónicos que forman parte de Pandora Papers revelan que Manuel Vázquez, el testaferro confeso del ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, armó en 2009 una sociedad en las Islas Vírgenes Británicas que formó parte de una operación teñida de sospechas de corrupción.
Los documentos de la nueva filtración del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) desnudan la trama detrás de Walsh Partners Corp, una offshore hasta ahora desconocida para la Justicia argentina que podría ser la pieza faltante de un rompecabezas conformado por el caso Odebrecht y el soterramiento del tren Sarmiento. Su creación estaría vinculada al presunto pago de sobornos a una cuenta bancaria en Suiza.
La familia Vázquez - compuesta por el lobbista español y asesor de Jaime; su hijo y colaborador, Julián Vázquez; y su esposa, Marta Margarita Domínguez -, aparecen como beneficiarios finales de Walsh Partners Corp, según la información que consta en Pandora Papers, la nueva investigación global de ICIJ, que integra Infobae junto a La Nación y elDiarioAR. Esta sociedad pantalla fue registrada oficialmente el 29 de febrero de 2008 en las Islas Vírgenes Británicas (BVI), y los Vázquez comenzaron a utilizarla en marzo de 2009, cuando Jaime todavía se desempeñaba como secretario de Transporte.
“De acuerdo a lo conversado telefónicamente, estaría queriendo utilizar esta sociedad para que, a su vez, participe dentro de otra sociedad en la Argentina. En un principio necesitaría o capitalizar a Walsh Partners o tomar un préstamo figurado para poder justificar el envío de los fondos a la Argentina”, escribió Julián Vázquez a una ejecutiva del estudio Trident Trust, especializado en el armado de estructuras offshore en paraísos fiscales. El correo electrónico fue enviado el 17 de marzo de 2009 desde su casilla personal. Eran los últimos meses de Jaime como secretario de Transporte de Cristina Kirchner, ya apremiado por la Justicia ante las sospechas de corrupción. Dejaría el cargo en julio de ese año.
¿Para qué se armó Walsh Partners? El objetivo inmediato era abrir una cuenta bancaria en el Merrill Lynch de Zurich, Suiza. La información se desprende del formulario interno del estudio Trident Trust al que accedió Infobae y publicado en esta nota. En ese intercambio de e-mails internos y como parte del proceso de due dilligence (término en inglés por el “debido procedimiento”, un proceso requerido por las autoridades antilavado para identificar a los clientes finales y prevenir un posible blanqueo de dinero), se adjuntaron copias del pasaporte de cada uno de los integrantes de la familia Vázquez.
Cuando recurrió a los servicios del estudio Trident Trust, su hijo Julián se extendió sobre lo que necesitaba de Walsh Partners Corp. “Quisiera cambiar el directorio de la sociedad poniendo yo los directores y teniendo yo los libros y las acciones de la sociedad en mi poder”, escribió al ejecutivo del estudio proveedor de servicios offshore. Hasta entonces, en la offshore figuraban como directores un suizo, un británico y un chipriota.
El hijo de Manuel Vázquez, además, estaba apurado. “Quisiera saber si esto que estoy planteando es posible y si es así, cómo hacemos para realizarlo a la brevedad”, concluyó. La respuesta de Trident llegó al otro día: “Estamos revisando los documentos y le estaremos mandando un e-mail con las instrucciones para realizar los cambios requeridos”.
Siete meses después de solicitar la activación de la sociedad, los Vázquez decidieron dejar de usarla. Una ejecutiva de Trident instruyó el 10 de agosto de 2009 a una colega para que ejecute la liquidación de Walsh Partners Corp y le ordenó cortar cualquier vínculo con los Vázquez: “No emita más facturas ni extractos, cancele las facturas abiertas y elimínelas del estado de cuenta. Por favor, modifique sus registros en consecuencia”. El trámite ante Trident se efectivizó un mes después de que Jaime renunciara al gobierno de Cristina Kirchner.
Desde este estudio se desligaron de cualquier posible maniobra ilegal y respondieron ante la consulta de ICIJ: “Cada uno de los negocios de servicios corporativos y fiduciarios de Trident está regulado en la jurisdicción en la que opera y está totalmente comprometido con el cumplimiento de todas las regulaciones aplicables. Trident coopera habitualmente con cualquier autoridad competente que solicite información. Trident no habla de sus clientes con los medios”.
Las causas de Vázquez en la Justicia
Si bien Vázquez siempre se presentó como “consultor” y negó haber cobrado sobornos destinados a Jaime, los elementos que reunió la Justicia argentina y las investigaciones periodísticas revelan que fue el cerebro que le manejó la estructura de negocios oscuros al ex funcionario kirchnerista. Los nuevos documentos que aparecen en Pandora Papers podrían llegar a complicar su situación judicial y la de su familia cercana.
Como reveló el periodista Omar Lavieri en Infobae, Vázquez se ocupaba de los contactos y era el que armaba con el empresariado argentino y extranjero, el esquema de negocios de Jaime, aceitado por coimas. El ex secretario de Transporte gozaba, en esa época, de la confianza del entonces presidente Néstor Kirchner, lo que le permitía decidir qué empresas se quedaban con las obras, a cambio de un “retorno”, muchas veces millonario. Fueron varios los que aseguraron que Jaime le llevaba bolsos con efectivo a Kirchner, desde la secretaría de Transporte a la Casa Rosada. En paralelo, el ex funcionario kirchnerista incrementó vertiginosamente su nivel de vida.
Por ese rol que cumplió al lado de Jaime, Vázquez está siendo actualmente enjuiciado por el Tribunal Oral Federal (TOF) Nro. 6 en la causa por enriquecimiento ilícito contra el ex secretario de Transporte. En ese juicio -en el que también está implicado su hijo Julián- Manuel Vázquez está acusado de haber actuado como testaferro de Jaime para la compra, entre otros activos, de un avión Lear Jet por USD 4 millones a través de Elkrest, otra sociedad offshore de las Islas Vírgenes Británicas. El lobbista español negó esta acusación.
En el juicio por enriquecimiento contra Jaime, que comenzó hace dos años, también se debate en forma conjunta la compra de trenes chatarra a España y Portugal. Vázquez está procesado en este expediente por el delito de administración fraudulenta en perjuicio del Estado y cohecho. O sea, por haber canalizado el cobro de coimas en esta operación ruinosa para las arcas del Tesoro argentino. Por ambos expedientes, debido a su avanzada edad, cumple prisión domiciliaria en una amplia casona en el barrio de Acassuso, en San Isidro.
Vázquez ya tuvo una primera condena junto a Jaime en Argentina, por dádivas, en 2015, luego de que se convirtiera en el primer funcionario kirchnerista en confesar que recibió coimas.
Pero el juicio que hoy enfrenta en los tribunales de Argentina no es la única investigación judicial que tiene abierta en la Justicia. Vázquez y su familia están implicados en la investigación por el presunto pago de coimas en el soterramiento del Sarmiento. El juez federal Marcelo Martínez De Giorgi tiene pendiente definir, desde 2019, una apelación del fiscal Franco Picardi para procesar a Vázquez por su presunto rol en el lavado del dinero de las coimas que habrían pagado Odebrecht – la constructora brasileña que confesó pagos indebidos-, la argentina IECSA -entonces en manos de Angelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri-, la italiana Ghella y la española ComSA para quedarse con esa obra por USD 3.000 millones. Hasta ahora, en ese expediente, Vázquez solo está procesado por negociaciones incompatibles, un delito menor, mientras que su familia obtuvo una falta de mérito. La Cámara Federal le ordenó a Martínez De Giorgi profundizar la investigación tomando en cuenta todos los delitos, incluido el pago de sobornos o el fraude al Estado, y considerar las confesiones en Brasil en el marco de las investigaciones del Lava Jato.
Los correos de Odebrecht
La offshore Walsh Partners Corp había aparecido por primera vez en los correos electrónicos de Jaime y su entorno recopilados por la Justicia de Brasil, cuya copia obtuvo La Nación, relacionados con las coimas del tren Sarmiento pagadas por ex ejecutivos de Odebrecht. En uno de ellos, uno de los máximos ejecutivos de la constructora brasileña para la Argentina, Mauricio Courí Ribeiro, aludió a una reunión de junio de 2010 con Javier Sánchez Caballero - entonces directivo de la argentina IECSA - para debatir el presunto pago de sobornos bajo el eufemismo “DGI”. El monto ascendía a un total de USD 20 millones.
Según documentos que obtuvo en el marco de la investigación periodística del Lava Jato el diario La Nación, Vázquez comenzó a cobrarles un “asesoramiento en política de transporte” a IECSA, Odebrecht y ComSA desde octubre de 2005. Incluso, llegó a sugerirles en un correo electrónico que se movieran con cuidado para evitar “las próximas investigaciones indeseables” de la prensa sobre proyectos de obra pública “inflados de sobreprecios”.
De esos correos surge que, dos semanas antes de que el entonces secretario de Transporte dejara su cargo, en junio de 2009, Courí Ribeiro intercambió e-mails con Manuel Vázquez para cerrar los detalles de una transferencia bancaria. “Necesitamos la dirección de Walsh Partners. Entendemos que […] es la cuenta de Walsh Partners en Merrill Lynch. ¿Es cierto?”, preguntó el ejecutivo brasileño, el 22 de junio de 2009. Sólo horas después, Vázquez confirmó los datos. El pago debía pasar por una cuenta del Northern Trust International Banking Corp, en Nueva York, con destino final a la cuenta en Suiza de la offshore en BVI, Walsh Partners Corp. El número de cuenta consta en el mail original.
Los e-mails de Ricardo Jaime dan cuenta de que el vínculo entre Odebrecht y Vázquez se prolongó por varios años. Vázquez recibió un correo de Courí Ribeiro el 4 de octubre de 2007 que confirmaba un giro por USD 100.000. El título del e-mail fue “adquisição de propiedades”, pero los fondos se transfirieron desde una cuenta de Constructora Internacional del Sur SA, una de las sociedades que Odebrecht utilizó como fachada para pagar coimas en Brasil, Perú y Panamá, según probaron los investigadores del Lava Jato.
Meses después de dejar de operar con Walsh Partners Corp, Manuel Vázquez le reclamó a Courí Ribeiro por USD 80.000 pendientes de pago. Para entonces, con Jaime ya en serios problemas judiciales, Odebrecht había suspendido sus transferencias. “Todo este proceso es vergonzoso”, le escribió Vázquez a Courí Ribeiro en febrero de 2010.
El abogado de Vázquez, Andrés Gramajo, aseguró ante la consulta del equipo argentino de ICIJ que “las indicaciones para la transferencia de Couri Ribeiro (a Walsh Partners Corp) tienen vinculación con honorarios profesionales por trabajos de consultoría oportunamente realizados a Odebrecht y ninguna vinculación con el proceso licitatorio de la obra del Soterramiento”. Además, agregó que finalmente “no se realizó ninguna transferencia bancaria a dicha sociedad por parte de Courí Ribeiro”.
“Tampoco está acreditada en la causa la existencia de Walsh Partners Inc (sic) en ninguno de los 32 cuerpos que conforman la investigación del Soterramiento”, concluyó el abogado. En efecto, esta offshore hasta ahora no figura en el expediente judicial que investiga el pago de coimas en esta obra millonaria.
Asimismo, Gramajo señaló que Walsh Partners y su respectiva cuenta bancaria “tenían un uso personal, doméstico y privado de Manuel Vázquez, y que su conformación no constituye delito alguno”. Y agregó: “La sociedad y su cuenta bancaria dejaron de tener operatividad en 2009 o 2010 por razones estrictamente personales, y no deben dar explicaciones al respecto, como así tampoco fueron intimados a hacerlo”.
Los “mails de Jaime”
En septiembre de 2014, Infobae publicó que por una cuenta del testaferro de Jaime en Estados Unidos pasaron USD 3,5 millones. Lavieri reveló que Vázquez, como armador de negocios “sucios” del ex secretario de Transporte, en 2006, abrió junto a su esposa una cuenta en el Banco de Inversión Wachovia Securities LLC, en Estados Unidos, por la que pasó esa cifra millonaria. La cuenta abierta en Estados Unidos a nombre del matrimonio, tuvo como apoderado al hijo de ambos, Julián Vázquez, señalado también como testaferro de Jaime. Esa cuenta quedó al descubierto en 2010 cuando el diario Clarín reveló el contenido de los más de 20.000 mails que Vázquez tenía acumulados en sus computadoras.
A partir de esos correos, se abrieron varias causas judiciales donde los negocios negros de Jaime y su empleado Vázquez quedaron al descubierto. Pero la estructura judicial del kirchnerismo entonces en el Gobierno logró cerrarlas al cuestionar la seguridad de la cadena de custodia. Los mails que reflejaban la corrupción en el área de Transporte fueron declarados nulos. A pesar de que las causas por esos correos fueron cerradas, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos envió a la Argentina los movimientos realizados en la cuenta de inversión de Vázquez entre enero de 2007 y julio de 2008, cuando Jaime y su testaferro estaban plenamente “en funciones”.
Las huellas de la corrupción en la Secretaría de Transporte también quedaron plasmadas en los expedientes enviados desde España a los Tribunales argentinos. Tal como reveló también Infobae, Jaime autorizó a Vázquez - su asesor en materia ferroviaria- a cobrar comisiones que encubrían coimas por 2 millones de euros, en contratos firmados con empresas españolas que vendieron trenes, inservibles en su mayoría, a la Argentina. Los pagos ilegales figuraron detallados en facturas emitidas por las consultoras de Vázquez/Jaime, que actuaron como sellos de goma: Controles y Auditorias Especiales SL (CYAES), de España, y Controles y Auditorías Especiales SA (CAESA), de Argentina.
Arrepentido de arrepentirse
Nueve años después de aquel intercambio de correos, en febrero de 2019, Manuel Vázquez confesó ante el fiscal Franco Picardi que mantuvo al menos tres encuentros con el entonces dueño de la constructora IECSA, Ángelo Calcaterra, para acordar sobornos a cambio de las obras para el soterramiento del tren Sarmiento entre 2005 y 2006.
El lobbista español detalló que acordaron una primera coima de USD 5 millones que Calcaterra llevó en bolsos a la Secretaría de Transporte junto con su entonces socio Sánchez Caballero, más otros USD 15 millones que pasó a retirar el chofer de Jaime en un auto oficial. A eso se le sumaba -indicó- comisiones del 10% cada vez que el Estado le girara fondos al consorcio empresario adjudicado con esa obra millonaria.
Pero Vázquez se arrepintió de arrepentirse tres meses después de esa confesión. En mayo de 2019, sostuvo que su abogada lo había asesorado mal, se retractó y benefició así al primo del entonces presidente Macri. Su primera confesión fue anulada por la Justicia.
Tanto Calcaterra como Sánchez Caballero negaron ante el juez Martínez De Giorgi haber pagado sobornos a funcionarios del Ministerio de Planificación, de quien dependía Transporte durante el kirchnerismo, para resultar adjudicados con la obra del soterramiento del Sarmiento. Pero en el mismo cuarto piso de los tribunales de Comodoro Py, ambos se convirtieron en arrepentidos ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio en la causa de los cuadernos de los coimas, y admitieron que hicieron pagos ilegales en efectivo a funcionarios de esa cartera. Aunque sostuvieron que no fueron en concepto de coimas, sino como “aportes de campaña”.
Pandora Papers revela hoy un nuevo engranaje del entramado offshore que habría sido utilizado para el pagos de coimas durante la gestión de Jaime, uno de los pocos ex funcionarios kirchneristas que continúa en prisión.
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