Cómo el sucesor de Yabrán buscó proteger USD 145 millones con una “mamushka” offshore que alcanza a tres continentes

Tras la venta de OCASA, Héctor Colella armó sociedades en el Reino Unido, Nueva Zelanda, Islas Vírgenes Británicas y Uruguay

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Colella construyó un imperio con
Colella construyó un imperio con OCASA, que actualmente transporta desde Antrax hasta vacunas experimentales contra el Covid-19.

Héctor Colella, conocido como el sucesor de Alfredo Yabrán y un jugador clave en el negocio de la logística, armó una mamushka de sociedades offshore en distintos paraísos fiscales para proteger USD 145,7 millones que provendrían -según explicaron desde su entorno- de la venta de la empresa OCA, dueña de OCASA, al Exxel Group en 1997. ¿El objetivo? Pagar menos impuestos.

El empresario argentino, cuyo nombre trascendió públicamente tras el suicidio de Yabrán, ordenó la confección de un complejo esquema en el exterior. Abrió un fideicomiso en el Reino Unido administrado por ejecutivos del banco suizo Julius Baer para, luego, registrar sociedades - en una suerte de juego de muñecas rusas unas dentro de otras - en Nueva Zelanda, Islas Vírgenes Británicas y Uruguay.

La información se desprende de Pandora Papers, la filtración del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) de la que participó Infobae junto a La Nación, elDiarioAR y el semanario Búsqueda de Uruguay. Colella aseguró que la estructura offshore se armó en 2005, y sus asesores mostraron al equipo argentino de ICIJ la documentación que demuestra que las sociedades fueron declaradas ante las autoridades fiscales.

Instalado desde hace casi dos décadas en Uruguay, Colella es uno de los empresarios más importantes del rubro logística en Argentina, y cercano al Papa Francisco.

Su vida cambió cuando, en su carta de suicidio luego de haber sido señalado como el autor intelectual del asesinato del fotógrafo de la revista Noticias, José Luis Cabezas, Yabrán dispuso que sus negocios quedaran a cargo de “H.C.”, las siglas de su amigo, con quien había hablado por teléfono poco antes de quitarse la vida. Tras la muerte de Yabrán, el 20 de mayo de 1998, Colella vendió el paquete OCA-OCASA al Exxel Group, integrado por “inversores estadounidenses”. Este grupo terminó denunciado por presunta estafa y sospechado de lavado de dinero.

El empresario Alfredo Yabrán se
El empresario Alfredo Yabrán se quitó en una estancia en Entre Ríos el 20 de mayo de 1998.

Colella cultivó por décadas un riguroso perfil bajo, fijó su residencia desde 2002 en Montevideo y levantó su propio imperio: OCASA actualmente transporta desde Antrax hasta vacunas experimentales contra el Covid-19. La empresa, además, pasó a ser contratista de la Reserva Federal (el Banco Central de los Estados Unidos) para la exportación de dólares y divisas, y maneja la logística de kits y productos de investigación de las farmacéuticas en suelo estadounidense.

OCASA fue una firma de clearing bancario de Yabrán adquirida por OCA, una empresa postal manejada por Colella que, se sospechaba, era también de Yabrán. Colella, amigo y mano derecha de Yabrán, pasó a ser propietario formal de la firma luego de las acusaciones del entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, quien denunció públicamente a Yabrán de liderar una supuesta “mafia enquistada en el poder”.

El origen de la fortuna

Las cuentas bancarias de Colella y su mujer, Marta Ortiz Fissore, en los bancos Merrill Lynch y Morgan Stanley albergaron la suma de USD 145,7 millones, según los documentos que aparecen en Pandora Papers. Detrás de esa suma estaba el Exxel Group, un holding que se hizo fuerte en los 90′, cuyos accionistas son todavía un misterio. Dirigido por Juan Navarro, el Exxel Group comenzó a invertir en decenas de las principales empresas argentinas y a comprar algunas de las principales marcas que operaban en el país. Supermercados Norte (de Carrefour), Musimundo, Havanna, Freddo, Fargo, Lacoste y hasta el Quilmes Athletic Club. Muchas de sus empresas terminaron en manos de sus acreedores, los bancos. Después hubo denuncias de presuntas estafas, delitos fiscales y sospechas de lavado de dinero.

A través del Exxel Group, Colella formó una estrecha relación con la embajada de los Estados Unidos, lo que ayudó a su desembarco en ese país años más tarde, contratado por la Reserva Federal de ese país.

La mamushka offshore

Pero para conectar al sucesor de Yabrán con esos USD 145 millones hacen falta varias escalas. Sus asesores contables montaron una cadena encabezada por un fideicomiso en Reino Unido, cuya documentación fue catalogada por el estudio Trident Trust, especializado en operaciones offshore, como “muy confidencial”.

El esquema implica compañías en Nueva Zelanda, Uruguay e Islas Vírgenes Británicas que no figuran a nombre del empresario o su esposa en los registros públicos, según la consulta realizada por el equipo argentino de ICIJ.

El fideicomiso en el Reino Unido es manejado por Julius Baer Family Office and Trust Limited. Esta empresa del banco suizo Julius Baer que es dueña de la firma Fedmer Holdings Limited. Esta compañía estuvo registrada en Nueva Zelanda desde el 23 de septiembre de 2013 hasta el 1° de julio de 2019, según el registro oficial de compañías de ese país. El 100% de las acciones de la sociedad figuran a nombre de Julius Baer Family Office and Trust, pero los beneficiarios finales son Colella, su esposa y sus hijos, según surge de los formularios completados por el empresario y los intercambios de emails y documentos que aparecen en Pandora Papers y a los que tuvo acceso el equipo argentino de ICIJ.

“Toda la estructura, desde el fideicomiso hasta las cuentas bancarias en Estados Unidos están debidamente declaradas y cumplen con las normas FATCA (Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras o Foreign Account Tax Compliance Act)”, dijo Colella ante la consulta del equipo argentino del Consorcio. Esta normativa obliga a todas las entidades financieras a reportar las cuentas de clientes con obligaciones fiscales en los Estados Unidos. El destino de esos fondos es la futura herencia de sus seis hijos, explicó el empresario. “Se hizo en base a los distintos acuerdos entre jurisdicciones”, agregó en referencia a algunos convenios entre países que permiten pagar menos impuestos o evitar la doble tributación.

Ante el pedido del equipo argentino de ICIJ, Colella dio acceso a las declaraciones ante las autoridades de Uruguay en donde consta la declaración de sus vínculos con el fideicomiso, la sociedad uruguaya y la compañía offshore que la controla.

Vale aclarar que no todos los usos de las offshore son ilegales pero existen estructuras amparadas por la ley que permiten reducir al mínimo el pago de impuestos. La combinación de sociedades de distintas jurisdicciones de baja o nula tributación es una herramienta legal para ese fin.

Negocios inmobiliarios

Además de esa compleja mamushka, Colella también figura en los documentos de Pandora Papers como accionistas de tres sociedades radicadas en Belice en abril de 2015: Mestal Trader Limited; Starway Commerce Inc y Silverbuck Corporation.

Certificado accionario de Mestal Trader
Certificado accionario de Mestal Trader en favor de Héctor Colella

Con esas sociedades, el empresario registró tres departamentos en el complejo Forum Puerto del Buceo de Montevideo, que recibió como parte de pago de la venta de un terreno en esa ciudad, donde se montó un proyecto inmobiliario. Las propiedades fueron luego vendidas, según confirmaron en el entorno del empresario.

Registro de acciones de Silverbuck
Registro de acciones de Silverbuck Corp en favor de Colella.

Los documentos que aparecen en Pandora Papers permiten entender la mamushka creada para proteger esos fondos. La sociedad uruguaya Fedmer Holdings Limited es, a su vez, dueña de Mindrey SA, también uruguaya.

Según los balances públicos, Mindrey SA posee un patrimonio que supera los USD 185 millones, según el ejercicio 2020. El año pasado, Mindrey SA registró ingresos por más de USD 13 millones y apenas USD 7.918 de gastos anuales.

Mindrey SA es, a su vez, dueña de Fedmer LP, otra compañía offshore. Fedmer LP es la titular de las cuentas bancarias donde el matrimonio depositó los fondos provenientes de la venta de OCASA, según los documentos consultados por el equipo argentino y uruguayo del Consorcio.

Otra de las empresas offshore
Otra de las empresas offshore de Colella, quien reside en Uruguay

El contador Ariel Eyman explicó al equipo de Pandora Papers que las sociedades de este tipo son utilizadas en Uruguay para realizar inversiones en el extranjero sin actividad comercial en ese país, y con baja o nula tributación. Muchas veces también son utilizadas como sociedades puente, para participar en inversiones en otras sociedades.

En 2017, Uruguay estableció la obligatoriedad de informar los beneficiarios finales de este tipo de compañías, y en septiembre de 2019 agregó a los fiduciarios de los fideicomisos como nuevos sujetos obligados a informar a sus titulares ante el Banco Central del Uruguay (BCU). Pero la información es confidencial. Ante la consulta, Colella dijo que no existe forma alguna de que no haya declarado ser el beneficiario final de esta estructura ante las autoridades uruguayas.

Entre finales de 2018 y principios de 2019, Julius Baer solicitó por correo electrónico el traslado de Fedmer Holdings Limited a las Islas Vírgenes Británicas, trámite para el cual contactó al estudio a Trident Trust, especializado en registrar sociedad y fideicomisos en ese territorio caribeño conocido por ser un paraíso fiscal. Durante el intercambio de e-mails y ante los reiterados pedidos del departamento de compliance de Trident Trust, los ejecutivos de Julius Baer debieron ampliar la información sobre las offshore y revelar quiénes eran los verdaderos dueños de la estructura y el origen de los fondos.

Formulario interno de Trident Trust,
Formulario interno de Trident Trust, proveedor de servicios offshore, completado y firmado por el propio Colella

El estudio Trident fue consultado para esta investigación por ICIJ. Su respuesta fue: “Cada uno de los negocios de servicios corporativos y fiduciarios de Trident está regulado en la jurisdicción en la que opera y está totalmente comprometido con el cumplimiento de todas las regulaciones aplicables. Trident coopera habitualmente con cualquier autoridad competente que solicite información. Trident no habla de sus clientes con los medios”.

Con la colaboración de Guillermo Draper, del semanario Búsqueda de Uruguay.

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