¿El fin de la democracia?

Hoy el gran riesgo es ese populismo y esa supuesta vocación democrática, a pesar de que los presidentes populistas no creen en la separación de poderes y utilizan su mando para amedrentar o desobedecer al poder judicial y cooptar el poder legislativo, a las buenas o a las malas

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Ya son tres las dictaduras,
Ya son tres las dictaduras, Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero lo más grave es el desmantelamiento de la democracia desde adentro. (Archivo DEF)

Siempre he sido tremendamente positivo frente al futuro de la democracia y de la libertad. En mi región, de las dictaduras de los años 60 y 70 se dio un vuelco a la casi plena democracia en el 2000, cuando la única dictadura era Cuba. Hoy ha habido un deterioro importante, ya son tres las dictaduras, Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero lo más grave es el desmantelamiento de la democracia desde adentro.

Hoy el gran riesgo es ese populismo y esa supuesta vocación democrática, a pesar de que los presidentes populistas no creen en la separación de poderes y utilizan su mando para amedrentar o desobedecer al poder judicial y cooptar el poder legislativo, a las buenas o a las malas.

Colombia es un gran ejemplo. El Congreso, en pleno uso de sus facultades, no aprobó la reforma laboral planteada por el Gobierno y seguramente tampoco la reforma a la salud que se tramitará en el futuro. La respuesta del presidente populista es doble: promuevo unas marchas para presionar a los congresistas, que afortunadamente no se amedrentaron, y vamos a pedirle a la población que las apruebe por medio de una consulta popular.

El presidente de Colombia, Gustavo
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, habla a sus partidarios en la Plaza de Bolívar de Bogotá, Colombia, 18 de marzo, 2025. REUTERS/Luisa González

Escuchar el discurso mesiánico y francamente desquiciado del presidente, en minúscula, obviamente, pues no merece ese reconocimiento, pone de presente su estrategia, como la de todos los populistas, que es hacer ver al otro como tirano, opresor, desalmado y oligarca. Discurso fácil de vender, sobretodo cuando lo que busca es quedarse en el poder o poner a su sucesor a dedo. Fomentar la lucha de clases y el desorden institucional es lo que le conviene a ese populismo que, además, amenaza con un llamado estallido social, como ha anticipado la principal central obrera del país, como represalia por una decisión autónoma del Congreso.

Falta ver cómo se desarrolla todo este proceso y si el Senado se niega a aprobar la consulta, algo que es posible. Ese Congreso, que Petro acusa de estar lleno de “oligarcas y vendidos”, y al cual, eso sí, sus ministros durante los pasados dos años y medio compraron a manos llenas, hoy enfrenta sus propios demonios, por un lado -no podemos negar que se vendió-, y su responsabilidad frente a la democracia y la separación de poderes. Por un lado, Petro quiere doblegarlos con la mano izquierda, a través de esta presión que va a aumentar, mientras que, por el otro, su corrupto ministro de Interior, Armando Benedetti, va a intentar comprarlos con la mano derecha.

No les quepa la menor duda, Petro va a incendiar el país. No le importa cuantos muertos haya, ni las consecuencias. Su ego no se lo permite, es más, le facilita esa decisión. A la oposición y a los demócratas nos va a tocar enfrentar este año y medio como una guerra civil, en la calle, donde a cada acción le siga una reacción. ¿La CUT, la principal central obrera, quiere estallido social?, acá está su respuesta. ¿El Cric (la poderosa organización indígena), pagado por el Gobierno, va a tomarse el Congreso o a rodearlo, como ya lo hicieron?, así le respondemos los ciudadanos. Si le dejamos la calle a Petro nos impone o la prolongación de su mandato o la imposición de su sucesor. Ni lo uno ni lo otro.

Fabio Arias de la CUT
Fabio Arias de la CUT afirmó que el estallido social que propone estaría dirigido hacía los grandes empresarios - crédito Colprensa

En 1999, cuando el Eln secuestró una Iglesia entera, los colombianos salimos a marchar como nunca lo hemos hecho bajo el slogan del No Más. Esta movilización masiva, que duró meses, para defender al país de esos violentos, además de contra los elenos, era contra las Farc y contra los paramilitares, que controlaban dos terceras partes del país: Va a tocar revivirla, pero con mucho más riesgo, pues va a tener en contra un presidente al que la violencia no le importa, es más, la justifica.

Estamos al borde de una guerra civil. Distinta a la de España en el 36, a la de Colombia a principios del siglo pasado o a la de Estados sumidos en 1861. Acá solo hay un sector armado, minoritario, que es el Gobierno y los grupos armados que lo apoyan, y uno desarmado, mayoritario, que lleno de preocupación aun no sabe qué hacer. La historia de nuestro país da muchas luces, como la marcha del No Mas y el paro de 1958. Ambos son dos instrumentos que debemos ir preparando para salvar la democracia y la libertad.

Llegar a las elecciones del 2026 va a ser un milagro. Candidatos acá o allá solo van a ser una distracción para lo que viene. Petro lo anunció, incendio o lo que yo quiero, que es quedarse en el poder. A no ser que otra salida institucional se comience a dar: una investigación seria sobre el problema de abuso del Presidente o un avance rápido del proceso en la Comisión de Acusaciones.

ARCHIVO - El presidente de
ARCHIVO - El presidente de Colombia, Gustavo Petro, junto a la vicepresidenta Francia Márquez, da un discurso ante sus seguidores, en Bogotá, Colombia, el 7 de junio de 2023. (AP Foto/Fernando Vergara, Archivo)

Hace algunas semanas, Benedetti y, obvio, Petro quisieron sacar a la vicepresidenta Francia Márquez, hacerla renunciar. La destituyeron de su cargo de ministra, pero el objetivo era otro. ¿Por qué? ¿Acaso Benedetti quiere ese cargo? O sin vicepresidente queda a cargo del país, si algo le pasa a Petro.

Nunca habíamos enfrentado en Colombia lo que hoy vivimos. Desde este humilde espacio, le hago un llamado a todos los empresarios y a los ciudadanos que aman la democracia y la libertad a que nos preparemos para la batalla campal que viene. Calle, calle, calle y, si toca emular a esos héroes de Bangladesh o de Ucrania, pues tocará. Lo del martes pasado es apenas la primera alerta. Esperen lo que viene.