Este 10 de enero acaba la dictadura de Venezuela con la juramentación del presidente constitucional Edmundo González Urrutia y la posesión de su vicepresidenta María Corina Machado, quienes inician el “Gobierno Constitucional de Venezuela”.
La investidura del Presidente Constitucional debe hacerse en el Palacio de Miraflores que es la sede del Gobierno, pero si por acciones de terrorismo anunciadas por Nicolás Maduro esto no sucediera, González Urrutia debe ser investido en cualquier parte del mundo y emprender su primera obligación, que es terminar la ocupación de su país perpetrada por el “cartel narco-terrorista de Maduro”.
La dictadura de Venezuela ha sido derrotada sucesiva y definitivamente en todo el proceso electoral que convocó y manipuló. María Corina Machado empezó ganando la primaria de la oposición con el 92,56%. Motivó, movilizó y empoderó al pueblo venezolano. Derrotó a la dictadura en la campaña electoral, logrando concentrar la necesidad de recuperar la libertad y la democracia. Ilegalmente inhabilitada por la dictadura, presentó a Corina Yoris que también fue inhabilitada, e hizo su candidato -in extremis- a Edmundo González Urrutia.
Observadores internacionales de países e instituciones democráticas fueron impedidas de cumplir su tarea con expulsiones o prohibiciones de ingreso, destacando el Centro Carter como la única entidad a la que se permitió la observación electoral. En condiciones de dictadura, el 28 de Julio se produjo la masiva votación pacífica que infligió una nueva derrota al ausentismo y la violencia instrumentados por el régimen.
Cuando Maduro presentó un resultado falsificado, María Corina Machado lideró manifestaciones populares multitudinarias en las calles de Venezuela contra la falsificación y probó el fraude con el control electoral de cerca de 600.000 venezolanos, documentando el resultado real de las elecciones que consagró la victoria de Edmundo González Urrutia por el 67,19% del apoyo popular frente al 30,44% de Nicolás Maduro.
Con los resultados documentados que demuestran el triunfo de González Urrutia, presentados por Machado y su equipo, comenzó la disputa por el reconocimiento internacional de los resultados sin que Maduro, ni el Consejo Nacional Electoral, ni los jueces que avalaron el fraude pudieran presentar actas y documentos que respalden las falsificaciones y otros crímenes que habían cometido.
Maduro, derrotado incluso en los centros de votación de militares y policiales, optó por el terrorismo de Estado con fuerzas trasnacionales de las dictaduras del socialismo del siglo 21 y más, perpetrando más de 20 asesinatos, cerca de dos mil presos políticos incluyendo niños y militares, tortura, acusaciones falsas operadas por sicarios judiciales.
González Urrutia abandonó el país con garantías de la Unión Europea y María Corina Machado -perseguida y acusada falsamente- está en la clandestinidad. Miembros del equipo de Machado se asilaron en la Embajada Argentina en Caracas que tuvo que pasar a protección de Brasil y permanecen bajo tortura.
Edmundo González Urrutia ha sido reconocido por el mundo como ganador de las elecciones 28-J y María Corina Machado como la líder de las Américas por la recuperación de la libertad. Los países democráticos del mundo reconocen a González Urrutia como el Presidente Electo de Venezuela que ha designado como su vicepresidenta a María Corina Machado y ofrecido que tomará juramento de su cargo el 10 de Enero en Caracas.
Esto demuestra que el pueblo venezolano ha derrotado a la dictadura en cada una de las etapas del proceso electoral y en cada una de las acciones criminales del socialismo del siglo 21. Solo resta la posesión del presidente constitucional Edmundo González Urrutia el 10 de enero, de acuerdo a la agenda electoral impuesta por la dictadura. Ya no se discute quién es el Presidente, sino simplemente dónde se posesiona.
En cualquiera de los escenarios de posesión, en Caracas o en otro lugar del mundo, Edmundo González Urrutia como presidente constitucional de Venezuela y María Corina Machado como vicepresidenta tendrán el poder legal, efectivo y soberano para gobernar a partir de este 10 de enero y Nicolás Maduro pasará de ser un dictador que usurpa el poder a ser el jefe del cartel que ocupa criminalmente Venezuela.
A Maduro -si decide permanecer en Venezuela- desde este 10 de enero solo lo sostiene la fuerza de un grupo delictivo transnacional de invasión y ocupación, el “cartel narco-terrorista de Maduro”, lo que impone al gobierno constitucional de González-Urrutia/Machado como primera obligación de gobierno, retirar a los criminales que tienen categoría de “invasores del territorio y la soberanía de Venezuela”.
Nuevo gabinete de ministros, órdenes al mando militar para capturar a Maduro y designación de un nuevo mando en caso de desacato, designación de embajadores y cónsules en todo el mundo, decretos presidenciales y supremos, órdenes de información y de acciones a los jefes de todas las reparticiones, entidades y empresas de Venezuela, reconocimiento del Tribunal Supremo de Justicia ahora en el exilio y más actos de gobierno, que en caso de ser necesario deben llevar a que el presidente González Urrutia pida la “conformación de una fuerza multinacional bajo su mando para retirar a los invasores que ocupan el territorio venezolano”, sea en el marco del TIAR o de las Naciones Unidas.
La obligación de González Urrutia y Machado desde el 10 de enero de 2025 es GOBERNAR.
*El autor de este artículo es Abogado y Politólogo y Director del Interamerican Institute for Democracy.