Mientras el mundo celebra la tradicional noche buena, unos 3.370 presos políticos pasarán tras las rejas de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. No han cometido delitos, pero se han opuesto valientemente a quienes realmente los cometen.
En Venezuela, Nicolás Maduro, tras ser aplastado por una montaña de votos, ha vuelto reescribir la teoría de los golpes y las conspiraciones imperialistas. Sobre esta narrativa y decenas de muertos, Maduro se autoproclamó ganador de los comicios de finales de julio.
Venezuela es el país con más presos políticos en Latinoamérica. La organización no gubernamental Foro Penal reporta que hasta el 16 de diciembre de este año Venezuela registra 1.877 presos políticos. Las detenciones incluyen 235 mujeres y al menos 6 adolescentes entre 14 y 17 años de edad.
Bolivia tiene casi 300 presos políticos. La gran mayoría fueron encarcelados cuando Evo Morales y Luis Arce eran socios. Juntos instrumentalizaron el poder judicial como arma política. La prisión de la expresidenta Jeanine Áñez es un ícono del sicariato judicial del MAS.
Evo Morales y sus cuentas pendientes con la ley. El líder cocalero y prófugo de la justicia podría tener sus días contados. Se debate entre su posible extradición a Estados Unidos y las acusaciones por violación de menores. Todavía quiere ser presidente.
Nicaragua. Hasta el 13 de diciembre, el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, registró 45 detenciones, 39 hombres y 6 mujeres. Las cifras exactas podrían ser mayores. Difícil precisarlo en una dictadura.
En este último informe se reporta la expulsión de músicos y sacerdotes, la persecución de monjas y periodistas, así como el destierro de una familia completa, incluyendo a un menor de edad. Nicaragua ahora tiene 2 copresidentes y una familia delincuencial.
Cuba. En 2021, la dictadura de Raúl Castro y Diaz-Canel reprimió con brutalidad las protestas de Patria y Vida. Actualmente existen más de 1.148 personas encarceladas y otras tantas desaparecidas. Cuba ha legalizado la pena de muerte y la eliminación de ciudadanía.
Un informe de la ONG Prisioners Defenders destaca que el acoso y hostigamiento del régimen cubano contra activistas, periodistas y familiares de presos políticos se ha convertido en una práctica común en la isla. Los familiares de los prisioneros políticos sufren continuas detenciones, hostigamientos, domicilios sitiados, citaciones policiales, multas y amenazas.
La ONU le falló al pueblo cubano. Mientras todos los años se vota en contra del falso bloqueo, todavía no existe una sola resolución que exija la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos o la celebración de elecciones libres en Cuba.
Apañadores. México, Brasil y Colombia son tres de los principales cómplices de los 3.370 presos políticos de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Existe un fuerte sesgo ideológico que les hace callar, ignorar e incluso respaldar los crímenes de las tiranías hemisféricas.
Díaz Canel, Maduro y Ortega pueden caer. La reciente derrota de Bashar Al-Assad en Siria dejó claro que no importa la longevidad o brutalidad de un régimen, a todo tirano le llega su hora. Los grandes monumentos caen y los autócratas también.
Aunque las tiranías hemisféricas cierran el 2024 con más presos políticos, nuevas leyes represivas y más desapariciones forzadas, la esperanza de un cambio sigue más viva que nunca. La luz del niño de Belén es más poderosa que los Herodes y sátrapas de nuestro tiempo.
*El autor es periodista exiliado, exembajador ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega. Es exalumno del seminario de Seguridad del National Defense University y el curso de liderazgo de Harvard y Harvardex.