Nicaragua: el silenciamiento de la cultura más allá de las fronteras

El régimen de Orega desató una ola represiva para censurar a los artistas nicaragüenses que viven en el exilio

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El régimen de Ortega persigue a los artistas nicaragüenses que viven en el exilio (REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)
El régimen de Ortega persigue a los artistas nicaragüenses que viven en el exilio (REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)

El 11 de noviembre pasado, los músicos Nieves Martínez, Dagoberto Fuentes Palacios, y Juan Pablo Rosales se han sumado a la larga lista de artistas y trabajadores culturales, víctimas de hostigamiento, amenazas, detención arbitraria, tratos inhumanos y degradantes, y exilio forzado por parte del gobierno de Ortega y Murillo.

En su último reporte Ecos de libertad: el arte como voz de la resistencia en Nicaragua, las ONG de defensa de libertad de expresión artística, AFI y CADAL, denuncian las prácticas de represión transnacional que el régimen utiliza para silenciar la cultura nicaragüense más allá de las fronteras.

Una táctica que evidencia la intención represiva ha sido el intento de censurar a los artistas nicaragüenses que viven en el exilio.

En agosto de 2022, la Embajada de Nicaragua en España prohibió la participación de la multipremiada poeta y escritora Gioconda Belli en la segunda edición del festival de arte español Celebremos Iberoamérica tras insistir en que ella “no representa al pueblo nicaragüense”. La escritora ya había sido despojada de su nacionalidad por parte del gobierno y forzada a vivir en el exilio, por segunda vez en su vida.

Las amenazas contra los familiares que permanecen en Nicaragua es otra forma de reprimir las voces de los exiliados. La mayoría de los testimonios para Ecos de libertad fueron compartidos bajo condiciones estrictas de anonimato por el temor a las represalias contra los familiares, que pueden incluir las amenazas, la detención arbitraria, el despojo de la nacionalidad y la expropiación de los bienes.

El régimen de Ortega persigue a los artistas nicaragüenses que viven en el exilio (AP/Alfredo Zuniga/ARCHIVO)
El régimen de Ortega persigue a los artistas nicaragüenses que viven en el exilio (AP/Alfredo Zuniga/ARCHIVO)

Forman parte de este entramado represivo las fuerzas de seguridad, los grupos paraestatales, los funcionarios de migraciones, el poder judicial y las redes y organizaciones civiles, como los Comités de Liderazgo Sandinista, la Juventud Sandinista.

En el informe, la ex directora de programas de PEN Nicaragua, Andrea del Carmen, explica cómo las autoridades usaron el encarcelamiento de su hijo, Gabriel Alfonso López para forzar su regreso.

El 14 de septiembre de 2022, López fue encarcelado y acusado de “socavar la integridad nacional”. Tras el arresto, la policía tomó su teléfono celular para enviar mensajes a Del Carmen en un intento de que se entregara. La policía luego trasladó a López a una prisión de máxima seguridad, donde se le negó acceso a un abogado.

Cuando sus familiares se acercaron a la prisión para obtener información sobre el arresto, la policía dejó en claro que estaba detenido como preso político y que solo sería liberado si Del Carmen regresaba a Nicaragua.

Finalmente, el 9 de febrero de 2023, López fue liberado junto a otros presos políticos y trasladado a Estados Unidos forzadamente, sin poder despedirse de su mujer e hijos. Unos meses más tarde, Del Carmen pudo reencontrarse con él.

El uso de la represión transnacional no es nuevo en la región. En la década del 1970, las dictaduras latinoamericanas ejecutaron acciones represivas más allá de las fronteras nacionales con la connivencia de los regímenes dictatoriales.

En la actualidad, Cuba y Venezuela también comparten prácticas similares y en algunos casos existe evidencia de su connivencia. La represión transnacional busca silenciar las voces dentro y fuera de Nicaragua, así como desmantelar la sociedad civil nicaragüense que con enorme resiliencia se ha reconstruido en el exterior.

Es más: la persecución de artistas y trabajadores exiliados demuestra, una vez más, el desprecio del gobierno de Ortega y Murillo por la cultura, las tradiciones, los talentos y el arte de Nicaragua.

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